Cuando está a punto de concluir otro ciclo en el Ayuntamiento de Sevilla, PSOE y PP se enzarzaron ayer en un particular duelo de legados. Soledad Becerril frente a Alfredo Sánchez Monteseirín. Mientras los populares abanderaron la gestión realizada hasta 1999, PSOE e IU ponían en valor el resultado de los últimos ocho años. Pero pocas comparaciones, ni económicas ni urbanas, resisten el paso de 12 años. Ni en Sevilla ni en ninguna ciudad. Ni siquiera en los datos es posible establecer comparativas.
El edil del PP Gregorio Serrano hizo sus cuentas: la deuda de Lipasam ha pasado de cero euros a 30,5 millones; la de Tussam, de 690.000 euros a 106 millones; y se ha pasado de un remanente de tesorería positivo de 9,8 millones a uno negativo de 31. Todo lo contrario indican las cifras del alcalde: si en 1999 la deuda era de 346 millones de euros, y se le suma el IPC acumulado -un 39,9%- se llega a 476 millones, doce millones más que el endeudamiento actual.
Y si dispar es el contraste de resultados económicos, más lo es el balance de gestiones. Después de cuatro años sin responder al mismo requerimiento que realiza reiteradamente Antonio Rodrigo Torrijos -"dígame usted una sola obra que haya realizado el PP de Becerril"-, el PP enumeró ayer decenas, reformas de glorietas incluidas. "Ustedes llamaban pista deportiva a un terreno con dos porterías", respondió Torrijos. "No comparen macetas con parques", completaron los socialistas. Todo con la mirada puesta en mayo, una cita para la que el alcalde realizó una distante reflexión: "La lucha electoral será hermosa (...) Pero no se vota por la gestión realizada sino por las expectativas".
