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Berlusconi recula y afirma que ya no será delito ser inmigrante ilegal

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, matizó ayer tras reunirse con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que la inmigración ilegal "no es un delito, pero sí un agravante" en el caso de que se cometa un delito. Zapatero le advirtió horas antes sobre su proyecto de ley. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 05:53 h.

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El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, matizó ayer tras reunirse con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que la inmigración ilegal "no es un delito, pero sí un agravante" en el caso de que se cometa un delito. Zapatero le advirtió horas antes sobre su proyecto de ley.

"Personalmente creo que no se puede perseguir a alguien por la permanencia irregular en nuestro país, condenándolo con una pena, pero ésta puede ser un agravante si comete un delito", afirmó Berlusconi en un encuentro con la prensa tras reunirse en Roma con Nicolas Sarkozy.

Las palabras de Berlusconi fueron consideradas por la oposición italiana y los observadores políticos como una "marcha atrás" respecto a las medidas hasta ahora adoptadas contra la inmigración ilegal y que incluyen la introducción del delito de inmigración clandestina, que será debatido por el Parlamento y que ha sido duramente criticado por organismos internacionales.

En la jornada de ayer, antes de estas declaraciones de Berlusconi, el primer ministro italiano se reunió con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para solucionar la crisis diplomática provocada por las manifestaciones de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acerca de este proyecto. Después de dicha reunión, el jefe del Ejecutivo español insistió en la necesidad de una mayor coordinación europea en la materia y con los países de origen, y advirtió a Berlusconi de que una "ley nacional" no basta para resolver el problema de la inmigración.

En una breve comparecencia ante la prensa tras media hora reunidos, ambos aseguraron que el encuentro había servido para demostrar la buena relación existente entre los dos países.

Sin embargo, en la rueda de prensa posterior que ofreció Zapatero con motivo de su participación en la cumbre de la FAO, el presidente se mostró más duro con Italia, aunque agradeció que Berlusconi le explicara en qué consisten las medidas adoptadas y le aclarase "algunas cosas que tienen una dimensión mucho más reducida de lo reflejado por la prensa". En opinión de Zapatero, "la respuesta a la inmigración ilegal, hay que combatirla, desde la cooperación con los países de origen" para poder repatriar a los que se encuentran en situación irregular en otros países. "Ojalá bastara una ley nacional, pero no es así", afirmó a renglón seguido, en una nueva referencia al proyecto de ley italiano que preveía, hasta ayer, que la inmigración ilegal fuera delito. Horas más tarde y tras reunirse con Sarkozy, Silvio Berlusconi, matizó su proyecto de ley.

Al mismo tiempo, el secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, mantuvo en París una reunión con su homólogo francés, Jean-Pierre Jouyet, para hablar sobre la política de inmigración de la UE. López Garrido aseguró a la prensa que cree en "la política común de inmigración para Europa" y que hay que desarrollar los "aspectos que se han ido trabajando en los últimos meses", muy fluidos entre España y Francia.

El representante español citó como pilares básicos de esa política citó la agencia comunitaria para el control de las fronteras y el acuerdo y diálogo con los países de origen de los inmigrantes.

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