El portero del Sevilla FC Antonio Alberto Bastos Pimentel, Beto, tiene siempre presente a Dios y a su padre, fallecido, cada vez que se sitúa bajo la portería. A ambos agradece su llegada a la Liga española, una oportunidad única tras una larga carrera donde no siempre ha tenido suerte. En el prograna A Balón Parado de SFC Televisión, el jugador se confesó: "Siempre quise cumplir mi sueño y el de mi padre, él falleció en un día clave en mi carrera deportiva, ahora Dios me ha dado la oportunidad de jugar en el mejor campeonato del mundo y un gran Club como el Sevilla, quiero trabajar y disfrutar de lo que tengo". Este es el motivo por el que se puede ver a Beto bajo los tres palos concentrado y rezando: "Cada partido que juego se lo dedico a Dios y a mi padre, siempre siento la fuerza de mi padre".
Para que los sevillistas lo conozcan bien, el portero hizo un recorrido desde sus inicios: "Comencé con ochos años, y con once me fui a los escalafones inferiores del Sporting de Lisboa, tiene muy buena cantera, me fui a Casa Pia, volví y en 2004 me fui a Chaves y al Marcos, clubes más pequeños pero quería continuidad, que no la tenía en el Sporting, se me acababa el contrato, y parecía que se me frenaba el mundo, me planteé si seguir luchando por mi sueño y el mi padre o volver a la escuela, y decidí ir a clubes donde podía jugar y tener continuidad." Y así Beto llegó al Leixoes, con la trágica coincidencia que "justo el día que firmé el contrato, mi padre falleció. Fue un Club con el que logramos un ascenso histórico a Primera División, me sentí un héroe, recibí además la primera llamada de la selección".
Y siguió cambiando de equipo: "En verano de 2009 fiché por el Porto después de mi buen hacer en Lexoes, aunque no tuve continuidad, me convertí en un referente en el vestuario, en un jugador en el que los aficionados se sentían identificados conmigo, pero necesitaba minutos para seguir yendo a la selección, y en el último día de mercado decidí ir al CFR Cluj". En el equipo rumano, Beto se hizo igualmente importante, "fuimos campeones, logré volver a la selección, jugué muchísimos partidos con mi equipo, volví al Oporto hasta llegar al Sporting de Braga".
Y desde aquí ha llegado a Sevilla y con la ilusión de un debutante: "Cuando conocí el interés del Sevilla no me lo pensé, no es fácil salir de mi país y dejar atrás a mi hijo de cuatro años y a mi madre, pero era una nueva oportunidad, todo ha sido muy rápido pero no he tenido ningún tipo de problemas, he jugado con más de 100 jugadores diferentes por lo que sé adaptarme pronto y además, mis compañeros me lo han puesto muy fácil, me han recibido con los brazos abiertos".
El jugador tembién habló del Deportivo, próximo rival del Sevilla: "El Deportivo que hemos visto en las últimas jornadas ya pasó, el que va a venir el viernes es completamente diferente, con el cambio de entrenador, los jugadores van a querer mostrar su calidad, quieren ganar, ése es el Dépor que nos vamos a encontrar".
