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Beto, Unai, Guttmann y la leyenda sevillista que crece

Turín vivió anoche otra explosión de júbilo del sevillismo ante un señor equipo como el lisboeta, un señor equipo pero maldito que se encontró enfrente con otro que está bendito.

el 15 may 2014 / 02:11 h.

Beto fue la estrella de la noche al parar dos penaltis en la decisiva tanda de penaltis. / Armando Babani Beto fue la estrella de la noche al parar dos penaltis en la decisiva tanda de penaltis. / Armando Babani Gloria, infierno, triunfo, derrota, Beto, Cardozo, Antonio Puerta, Béla Guttmann, Sevilla, Benfica... Turín vivió anoche otra explosión de júbilo del sevillismo ante un señor equipo como el lisboeta, un señor equipo pero un equipo maldito que se encontró enfrente con otro que está bendito y de nuevo en la tanda de penaltis, como en Glasgow, alzó su tercer paraguero de la UEFA y séptimo título de los ocho últimos años, desde aquel que levantara Javi Navarro el 10 de mayo de 2006 en Eindhoven que dio inicio a esta leyenda que puso fin a 58 años de penurias y sinsabores. Para el Benfica, sin embargo, la maldición continúa. El año pasado dejó escapar los tres títulos en el último suspiro –incluida la Liga Europa, con un gol del Chelsea en el 93’– y esta vez, pese a ser mejor que el rival en el cómputo general del partido, cayó con crueldad en una tanda de penaltis inmaculada para los sevillistas, que consagró a un nuevo héroe. Portugués para más señas y de nombre Beto. El portero, muchas veces criticado, ya fue clave en la tanda de penaltis contra el Betis, y ayer lo fue de nuevo al detener los ejecutados por Cardozo –que ya falló contra España en el Mundial de Sudáfrica– y Rodrigo. Otro gran triunfador de la noche, al margen de Bèla Guttmann, que sigue infalible, es Unai Emery, que supo hacer jugar sus bazas al Sevilla ante un Benfica que demostró sus galones de equipo grande y logró el primer gran título de su carrera y el séptimo de este Sevilla que engrandece su leyenda.

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