La polémica -unos lo ven correcto y otros minimizado- envuelve el homenaje a Blas Infante pero nadie encara la Historia, plantea la pregunta de qué somos y despeja aquello de la "realidad nacional" que daba tanta risa. El presente autonómico que vivimos es el fruto de dos corrientes históricas que marcharon separadas: una la que encabezó Infante y que llevó adelante el proyecto de Estatuto de Autonomía hasta que fue yugulado violentamente por la insurrección militar; otra la plasmación de la personalidad de Andalucía expresada en arte, lírica, arquitectura, música? La Teoría de Andalucía, similar a las de Cataluña, Vasconia o Galicia, no conectó con las vanguardias intelectuales; éstas, que tuvieron sólo una vaga idea de la aspiración política andaluza, afirmaron sin embargo nuestros rasgos singulares con sus obras.
En la Transición los símbolos de Infante se mezclaron con los de Lorca, Romero de Torres, Falla o el flamenco galvanizando a la ciudadanía. Los territorios que saben lo que son consideran a personalidades como ésas -o Turina, o Demófilo- patres patriae sin complejos: aquí se centra todo en una persona para negar la empresa colectiva. La risa por lo de la realidad nacional continuará al volver del homenaje en algunos de quienes se rasgan las vestiduras, Andalucía será la prueba de que el limbo existe mientras la España futura la están haciendo otros.
Escritor e historiador
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