La cifra de déficit de 2011 anunciada el lunes por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha desatado multitud de reacciones no sólo en España, sino también en Bruselas, que ve cada vez más complicado que el país cumpla con sus requerimientos. Ante esta situación, el responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, rechazó ayer suavizar el objetivo de reducción de déficit para España este año (que supone bajar del 8,51% al 4,4% del PIB) antes de conocer los motivos del desvío fiscal en 2011 y las nuevas medidas de ajuste incluidas en el borrador de presupuestos de 2012.
"En primer lugar, necesitamos plena información sobre el desvío fiscal de 2011 y los motivos del mismo", dijo Rehn. Respondía así a una pregunta de la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, sobre si Bruselas flexibilizará el objetivo para España tras constatarse que la cifra final de déficit del año pasado es 2,51 puntos superior a lo prometido a la UE. "En segundo lugar, necesitamos plena información sobre el borrador de presupuesto y las medidas concretas previstas de consolidación fiscal para 2012", explicó el responsable de Asuntos Económicos, un documento que no estará listo antes de las elecciones andaluzas del 25 de marzo, según el Gobierno de Rajoy.
"Cuando tengamos esa información, y confío que sea en las próximas semanas, en marzo, podremos entonces examinar si España está tomando medidas eficaces para garantizar la sostenibilidad estructural de sus finanzas públicas", indicó Rehn.
Además, admitió que la revisión de los objetivos fiscales es "una de las cuestiones clave en la política económica y presupuestaria europea del momento y por supuesto para España y su política económica, sostenibilidad fiscal y crecimiento económico".
"La presión desde Madrid para tener un objetivo diferente o quizá un año más es muy fuerte, pero nosotros no estamos ahí para nada", explicaron fuentes del Ejecutivo comunitario. Ni el vicepresidente Rehn ni el presidente, José Manuel Durao Barroso, quieren dar ninguna señal de que relajan la presión.
El Ejecutivo comunitario sólo se plantea iniciar el debate cuando conozca los "elementos del proyecto de presupuesto": si habrá subidas de impuestos, qué gastos públicos se recortarán, si se incrementará la presión sobre las comunidades autónomas, si se revisarán elementos de la prestación por desempleo o de la sanidad. El "momento clave" para iniciar las negociaciones, según las fuentes, podría ser la reunión de ministros de Economía de la Eurozona del 12 de marzo.
La Comisión admite que una reducción del déficit del 8,51% al 4,4% en un año "es enorme" y que "ningún Estado miembro lo ha hecho nunca", pero insiste en que "hay cosas que no son negociables" y pone como ejemplo la obligación de quedar por debajo del 3% en 2013, que sólo podría modificarse por un acuerdo unánime del Eurogrupo.
Ante estas presiones procedentes de Bruselas para que dé a conocer sus cuentas ya, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, anunció ayer que el Gobierno aprobará el viernes el techo de gasto de 2012, en el que se incluirá la nueva previsión de déficit para el ejercicio y que servirá para la confección de los Presupuestos Generales del Estado.
"La lógica de las cosas hará que las instituciones comunitarias y el Gobierno alcancen un acuerdo (sobre el déficit), que se plasmará en los presupuestos de este ejercicio. Se supone que Bruselas, conocidos los datos del avance de liquidación, hará la correspondiente indicación en estos días, que quedará recogida en el techo de gasto de este viernes [...]. Dentro de cuatro días se sabrá la cifra", apuntó. Preguntado por si el Gobierno se plantea subir más impuestos para captar ingresos adicionales, Beteta recordó que se subió el IRPF porque no hubo más remedio. El otro impuesto que podría elevarse es el IVA, pero según el secretario de Estado, hacerlo "sería un lastre claro al desarrollo económico".
En cualquier caso, miembros de su partido reconocieron que los tiempos que se avecinan serán complicados. El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, avanzó que el Gobierno deberá aplicar un paquete de recortes sin precedentes.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló que España realizará un "esfuerzo redoblado" por esta desviación, ya que la "prioridad" del Ejecutivo es el proceso de consolidación presupuestaria. Así, reconoció que es un dato "malo".
A este respecto, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, dijo que en la reunión de mañana en Bruselas de ministros de Asuntos Económicos de la Eurozona se planteará el debate sobre una solución para España ante la desviación del déficit.
