La Comisión Europea (CE) enfrió ayer el optimismo económico del Gobierno español, al recortar en tres décimas su previsión de crecimiento para España en 2008 y situarlo en el 2,7%. ¿El motivo? La contracción del sector inmobiliario tendrá un efecto significativo sobre el consumo y el empleo.
La demanda interna española muestra claros signos de "fatiga", lo que provocará una caída de la tasa de aumento del PIB de casi un punto, desde el 3,8% alcanzado en 2007. Así lo explicó ayer el responsable europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia.
En sus últimas previsiones de diciembre, el Gobierno vaticinó un aumento de la actividad este año del 3,1%, aunque ya ha apuntado que podría rebajarla si continúa la incertidumbre internacional. De hecho, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, admitió tras conocer esta rebaja que el crecimiento de la economía española "puede ser menor" al de la última previsión del 3,1% que, insistió, no se revisará hasta la aprobación del techo de gasto el próximo verano, es decir, después de las elecciones.
Bruselas aseguró que la economía española se dirige hacia un "aterrizaje suave", derivado de la desaceleración de la demanda interna -arrastrada por la caída de la confianza de los consumidores-, el enfriamiento del sector inmobiliario y el endurecimiento del crédito por la crisis financiera. A pesar de su pérdida de impulso, España seguirá creciendo en 2008 año más que el resto de países de la Eurozona (1,8%) y de la UE (2%). También avanzará más rápido que las grandes economías comunitarias, ya que Francia y Reino Unido crecerán el 1,7%, Alemania el 1,6% e Italia tan sólo el 0,7%.
Pero también los precios se acelerarán más en España, hasta acumular una subida en el ejercicio del 3,7%, frente al 2,6% de media en los países de la moneda única y el 2,9% en los Veintisiete. El actual repunte de la inflación en España y en toda Europa se debe, según Bruselas, al encarecimiento de la energía y los alimentos, pero Almunia precisó que la persistencia de un elevado diferencial entre España y la Eurozona tiene otros motivos. En parte, lo atribuyó a la política monetaria de los últimos años, muy expansiva para una economía con gran crecimiento y fuerte incremento del crédito, pero también a las "tensiones inflacionistas de carácter estructural". El comisario aludió, en concreto, a los sectores protegidos de la competencia exterior, como los servicios.
Respecto a la situación en los mercados financieros y las posibilidades de acceso al crédito, la CE reconoce que puede complicarse y recuerda que España está entre los países europeos más expuestos a ese riesgo. Esto se debe, explica, al boom inmobiliario de los últimos años, a su elevado déficit exterior y al predominio de los créditos a interés variable.
Almunia dejó claro que los supuestos problemas de liquidez de las entidades financieras españolas no tienen nada que ver con la rebaja de la previsión de crecimiento para España en 2008. El comisario tachó de "irresponsable" la referencia en esos términos al sector financiero español.
Por otra parte, las Administraciones Públicas tuvieron en 2007 un superávit en sus cuentas de 23.368 millones, el mayor de la democracia, equivalente al 2,23% del PIB, apuntó Solbes. Este superávit fue consecuencia de un saldo positivo de la Administración central (Estado y organismos autónomos) de 13.526 millones (1,29% del PIB), mientras que el de la Seguridad Social fue de 13.085 millones (1,25%). Las comunidades autónomas sumaron un déficit de 1.745 millones, el 0,17% del PIB, y los ayuntamientos registraron un saldo negativo de 1.498 millones, el 0,14% del PIB.
