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Buenas noticias. Orgullo e indiferencia

Ante tanta pesadumbre por la profundidad de la crisis económica en la que nos encontramos, reconforta conocer la felicidad que originan dos grandes acontecimientos como son la entrada en funcionamiento del Metro de Sevilla o la consolidación del Hospital Virgen del Rocío como centro de referencia nacional para gestar hijos sanos.

el 16 sep 2009 / 00:34 h.

Ante tanta pesadumbre por la profundidad de la crisis económica en la que nos encontramos, reconforta conocer la felicidad que originan dos grandes acontecimientos como son la entrada en funcionamiento del Metro de Sevilla o la consolidación del Hospital Virgen del Rocío como centro de referencia nacional para gestar hijos sanos. Dos excelentes noticias, de indudable alcance social, que nos han de llenar de satisfacción y orgullo a los andaluces en general y a los sevillanos en particular. En cuanto al arranque del Metro, resulta especialmente destacable el avance y la mejora que supone para la movilidad de la ciudadanía dotarnos de un moderno medio de locomoción como este tipo del que ya gozan en otros puntos del país y desde hace años, desde luego. El esfuerzo inversor público ha sido notable mientras que, también, el desarrollo en sí de la obra, máxime si se tiene en cuenta su complejidad técnica. Aunque lo ocurrido ha servido a la Junta para no repetir el modelo concesional que se ha escogido para la materialización de este costoso proyecto, conviene subrayar el mérito de los técnicos y de los propios operarios que lo han ejecutado, y lo más importante, sin ningún accidente laboral mortal, aunque eso sí, con el sobresalto del hundimiento del kiosco en la Puerta de Jerez.

Percance oportuno para los reticentes de siempre

Se trató éste de un percance bien aireado por aquellos que veían en el mismo el inicio de un fracaso que nunca se produjo. Tal vez, por eso, ahora resulte igualmente difícil encontrar en sus rostros algún atisbo de satisfacción por la realización de una idea que va a mejorar la vida de sus convecinos. Parecen molestos. Y si bien están en su derecho de reclamar ya, de inmediato, el inicio de la construcción de las siguientes líneas comprometidas, exigencia a la que todos nos sumamos, no estaría de más que mostraran abiertamente su satisfacción por el logro alcanzado. De todas formas, tal vez, sea mucho esperar aunque el tiempo todo lo cura. Todavía están frescas en nuestra memoria las descalificaciones que lanzaban sobre el AVE, "el rapidillo" decían. Ahora, en cambio, se han convertido en sus más enfervorizados defensores hasta el punto de que reivindican con pasión su extensión a cada rincón de nuestra comunidad. En todo caso, no deja de ser placentero contemplar tan curiosa conversión de los más escépticos y recalcitrantes.

De puntillas ante el éxito del Virgen del Rocío

Claro que en el caso de los hitos a los que hemos asistido en el cualificadísimo hospital sevillano, aún estamos a la espera de conocer una valoración positiva y llena de orgullo de los que están todo el día dándose golpes de pecho, presumiendo de "sevillanía" y de lo que les echen encima. Lo que es, sin duda, todo un éxito médico acogido con alborozo por parte de la sociedad española, está huérfano, sin embargo, de un reconocimiento expreso de los representantes del conservadurismo andaluz, muy poco dados a admitir el mérito de los demás. Pensarán, en su cortedad de miras, que eso sería lo mismo que premiar la labor de la Junta en materia de sanidad pública al dar por buena una técnica embrionaria de la que no se hacen partícipes. No obstante, como son conscientes del amplio consenso social suscitado en torno a esta iniciativa y la felicidad que ha generado, han procurado pasar de puntillas sobre el asunto. Es un esfuerzo inútil por parte de estos avispados que se sitúan, miserablemente, de perfil ante el éxito de todos.

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