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Buscan en las partes del río en las que vararon los señuelos

La búsqueda del cadáver de Marta del Castillo en el río se centra especialmente en tres puntos en los que se han detenido los señuelos lanzados hace ya varios días al Guadalquivir, simulando el peso del cuerpo de la joven.

el 15 sep 2009 / 23:50 h.

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La búsqueda del cadáver de Marta del Castillo en el río se centra especialmente en tres puntos en los que se han detenido los señuelos lanzados hace ya varios días al Guadalquivir, simulando el peso del cuerpo de la joven.

Los señuelos llevan varios días parados en distintos puntos del cauce del río, en los que se está buscando ahora con más intensidad por si coinciden con el recorrido que pudo realizar el cuerpo de la menor una vez que fue lanzado al río.

Asimismo, el dispositivo de búsqueda continúa centrándose en la pasarela de Camas desde donde los imputados dijeron que habían lanzado el cuerpo. El objetivo es localizar el objeto o los posibles objetos contundentes con los que Marta pudo ser golpeada, ya que los investigadores consideran que el peso de los mismos pudo hacer que se hundieran en el mismo lugar y que no se los llevara la corriente.

Estas tareas se están compatibilizando con el rastreo en las zonas del río que fueron dragadas la misma semana en la que Marta fue arrojada al Guadalquivir. Los buzos están buscando en los bajos del puente del Metro en San Juan de Aznalfarache, donde se arrojó parte de la arena dragada en el fondo del río. El dragado se produjo a los pocos días de arrojarse el cuerpo, lo que ha podido dificultar el hecho de que aún no haya aparecido. De hecho, ni la Policía ni el juez creen que el cadáver pueda estar en otro lugar, pues Miguel, Samuel y el menor indicaron por separado el lugar. Hasta la propia familia de Camas admitió a los investigadores que Miguel les había confesado, la misma noche del crimen, que había matado a Marta y que la había tirado al río en la pasarela peatonal de Camas.

El dragado del río supone retirar el exceso de fango y suciedad del cauce, arrastrando esas capas hacia los lados, por lo que el cadáver puede haberse quedado sepultado entre el lodo, de ahí que no se haya localizado, aunque algunos cuerpos han sido localizados hasta seis meses después de haber sido lanzados al río.

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