Si en Sevilla había ayer ganas de disfrutar un Domingo de Ramos de esos que ya ni se recordaban, en el interior del set de las Setas de la Encarnación de El Correo TV la emoción no era menor que en la calle. Eran las 13.30 horas, con la puntualidad que sueñan los mejores fiscales de cruz de guía, cuando arrancaba la tercera jornada de retransmisiones de la Semana Santa de Sevilla 2014 en esta emisora. La tercera en la que veíamos cofradías pero la primera en la que el centro se convertía en ese particular Evangelio que narran una hilera de pasos que llegaban desde El Porvenir y San Julián, desde Santiago y Triana. Lugares tan lejanos de la ciudad pero que, gracias a las cámaras de El Correo, llegaban hasta la pantalla y desde ella hasta cientos de hogares que no perdían detalle.
Despertaban así de la anunciada espera las conexiones en Adriano, Arfe y Castelar; comenzaban de ese modo a llenarse de vida las cámaras que dormitaban desde hacía horas en la Encarnación; y, lo más esperado, el amplio despliegue de Campana enseñaba al primer nazareno de la Semana Santa. Casi con la misma fugacidad con la que se nos escapan estos días, las imágenes llegaban al control de realización con la premura de querer contar el Domingo de Ramos a través del objetivo de las cámaras. Todas las cofradías querían mostrarse desde Sevilla al mundo. Nada fácil lo tuvo entonces un realizador que, en muchas ocasiones, deseaba que su intercomunicador estuviese conectado más que con Víctor García-Rayo con algún que otro capataz para pedirle, vía pinganillo, que arriara el paso sin que se agolparan sentimientos, chicotás e imágenes.
Les pongo un ejemplo. El joven David Vega pedía la venia en Campana. «A Dios por el Amor», decía en un lección de palabra en boca de un joven con tan sólo 13 años. El punto y final de su frase se solapaba con las notas del himno nacional que entonaba la banda de Salteras en el dintel de la ojiva de San Julián tras el palio de la Hiniesta. Casi con la misma celeridad que los espectadores disfrutaban de un palio en Campana que de un protagonista que llegaba de manos del equipo desplazado en el Ayuntamiento de Sevilla. Del portavoz del Gobierno municipal, Curro Pérez, a la cantante Joana Jiménez; del presidente del PP de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla que comprometió con Elizabeth Ortega una conversación más extensa, de esas que en estos días se toman con torrija y café al presidente del Grupo Morera&Vallejo, Antonio Morera, que veía orgulloso cómo El Correo TV era capaz de mostrar la hermosura de la Semana Santa de Sevilla al mundo.
En el set, los directos se mezclaban con las crónicas de papel que escribían los redactores en estas maquetas exiliadas desde su casa natal de Kansas City. Cada cual a lo suyo, como las piezas del engranaje que se saben importantes para que nada falle. Lo agradecían desde Holanda a República Dominicana, de Argentina a Marruecos o de Polonia a Brasil. Un día más, y ya van tres, el mundo intentaba entender cómo se siente la Semana Santa en Sevilla a través de El Correo TV. Tanto esfuerzo bien merece la pena.
