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«Cada vez somos menos solidarios y vamos más a nuestro aire»

Es solidaria, justa y está muy comprometida con la sociedad rinconera, unas características que le han avalado para ejercer de juez de paz desde hace ocho años. Ahora ha sido de nuevo reelegida para continuar en el cargo.

el 15 sep 2009 / 22:21 h.

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Es solidaria, justa y está muy comprometida con la sociedad rinconera, unas características que le han avalado para ejercer de juez de paz desde hace ocho años. Ahora ha sido de nuevo reelegida para continuar en el cargo.

-Es la responsable de impartir justicia cuando hay que celebrar algún juicio de faltas. ¿Qué cualidades debe tener una persona para ser juez de paz?

-Lo más importante es tener temple y seguridad, algo que he ido consiguiendo con el paso del tiempo. Siempre trato de mediar para que haya un acuerdo entre las partes y no se celebre el juicio. Considero que sobre todo hay que actuar un poco como psicóloga y también saber establecer la ley.

-¿Con cuál de estas dos facetas se queda?

-Mi trabajo es aplicar la ley lo más justamente posible, aunque también es importante mi condición de psicóloga. El diálogo y el intentar ponerte en la situación de la persona que tiene un problema es esencial para resolver los conflictos vecinales.

-¿Qué le animó a dar el paso?

-La idea surgió cuando era la presidenta de la AMPA del colegio Júpiter. Me encantaba ayudar a los padres e ir resolviendo los problemas que iban apareciendo en el centro. Cuando me lo propusieron no me lo pensé porque siempre me ha gustado defender al que más lo necesita, y comprendí que ésta era una oportunidad que no podía dejar escapar.

-¿Qué tipo de estudios hay que tener para este cargo?

-Nunca me he dedicado a nada relacionado con la justicia. No tengo ningún tipo de estudios superiores, aunque sí hice el bachillerato. Lo importante es que tengo claro que mi trabajo es aplicar la ley de la manera más justa posible. Es necesario conocer algunos aspectos de derecho, que se aprenden con el tiempo y estudiando día a día.

-¿Recibe algún tipo de incentivo económico por su labor como jueza?

-Mucha gente no sabe que los jueces de paz no tenemos un sueldo establecido. Trabajamos de forma altruista, lo único que recibimos es una gratificación cada tres meses.

-Conoce de cerca a los vecinos y sus problemas. ¿Cómo es la sociedad rinconera?

-Hoy en día somos menos solidarios y vamos más a nuestro aire, nos preocupamos menos por las necesidades de nuestros vecinos porque cada vez vamos más a nuestro aire. De todas formas, la gente joven, muy al contrario de lo que se piensa, sí se compromete con sus ideales y participa en proyectos solidarios de distintas asociaciones locales.

-¿Cómo ha evolucionado su trabajo en estos años?

-Hay que resolver muchos más casos. Han aumentado los juicios de faltas, que casi siempre están relacionados con conflictos entre vecinos o en establecimientos. Está muy relacionado con el aumento poblacional, ya que la localidad ha crecido mucho en los últimos años.

-¿Recuerda alguna anécdota con especial cariño?

-Me emocioné mucho en la primera boda que oficié entre mujeres. Tenían tantas ganas de formalizar su situación que no pararon de llorar.

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