Economía

Caja Jaén no es provinciana

el 16 sep 2009 / 05:27 h.

La caja de ahorros andaluza más provincial, Caja Jaén, acaba de dar una lección de ser la menos provinciana de las cinco que configuran el mapa financiero de la comunidad, a pesar de ser también la más pequeña. Está dispuesta a fusiones con el resto de entidades e incluso a ser absorbida -por su escasa dimensión así tendría que ser- siempre y cuando su impronta jiennense sea respetada, algo que, por otro lado, no sería obstáculo alguno.

Fuentes de Caja Jaén confirmaron ayer a este periódico que sus máximos directivos habían sondeado ya al Banco de España sobre sus intenciones de abordar procesos de fusión -noticia adelantada ayer por el diario Jaén, que apuntaba a Unicaja-, y que se había tratado también el tema con la Consejería de Economía y Hacienda -que tutela a las cajas con sede social en la región- e incluso con analistas financieros de la AFI que recientemente han evaluado los números de una hipotética integración.

Cuatro condiciones hay, detallaron las fuentes, ninguna hace referencia a cuotas de poder ni al sillón de su presidente, José Antonio Arcos Moya, y todas ellas traen por delante la palabra compromiso: con los empleados, los clientes, el desarrollo económico y social de la provincia de Jaén y la Obra Social.

Se trataría de una fusión con Unicaja a solas, o bien entrar en un tripartito con Cajasur, que es la opción más deseada tanto por Caja Jaén como por la Junta de Andalucía y la caja malagueña. Y aunque las fuentes no dieron nombres concretos, sí hablaron de uniones "a dos o tres", y ésas son las piezas actualmente más fáciles de mover en este tablero financiero.

El regulador dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez habría dicho adelante, que tales alternativas cumplen con su objetivo de que las cajas ganen tamaño. Sin embargo, desde la entidad jiennense aclaran que por ahora no hay ningún acuerdo ni protocolo alguno para acometer las fusiones. "Tampoco estamos forzados a buscar, pues nos avalan nuestras ratios de solvencia, liquidez y cobertura [para riesgos crediticios]". Es más, cuando hace una semana José Antonio Arcos Moya reconoció que estaba abierto a una fusión, ya habían sido consultados el Banco de España y la Consejería de Economía.

Desde Unicaja, silencio, como suele ser habitual cuando se pregunta por fusiones, mientras que en la Consejería de Carmen Martínez Aguayo siguen afirmando que no hay nada en firme sobre la mesa, y reiteraron que su titular había hablado con todos los presidentes de las cajas de ahorros y expuesto el consabido objetivo de ganar músculo en las finanzas andaluzas.

Pero en la configuración del nuevo mapa financiero andaluz hay cabos aún muy sueltos. Así, en la reunión de ayer del consejo de administración de Cajasur no se abordó nada respecto a los movimientos inmediatos que podría dar la entidad cordobesa, que incluso ha comunicado a sus cargos intermedios que han mejorado sus condiciones de liquidez y bajado la morosidad, y que prefiere, por ahora, caminar sola.

No en vano, la caja fundada por la Iglesia está muy activa en solventar uno de sus puntos débiles, el de la liquidez, subiendo la rentabilidad de sus participaciones preferentes (vinculadas a los beneficios obtenidos por la entidad) para que sean más atractivas de cara a los inversores institucionales (esto es, no particulares), según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores), y prepara nuevas emisiones. ¿Un intento de escapar y seguir en solitario pero aplicando planes de ajuste en la red de oficinas y la plantilla?

En cambio, otras fuentes indican que la maquinaria para la fusión de Unicaja y Cajasur está engrasada, y sus engranajes sólo los conocen los presidentes, Braulio Medel y Santiago Gómez Sierra, respectivamente, y sus directores generales, y los pasos son conocidos por contadas personas de la Junta de Andalucía y la Iglesia Católica.

Mientras tanto, defensa numantina en Caja Granada, para la que ayer recibió el espaldarazo del PP provincial, que solicitó la convocatoria del pacto de Saray (suscrito en 2001 entre agentes políticos y sociales para sacar del debate político a la caja y garantizar su independencia). Va por libre y si hay que hacer algo, que sea liderando.

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