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Economía

Cajas de cambio en punto muerto

"La cosa está calentita" en San Jerónimo. Semblantes serios, preocupados y bocas cerradas, no quieren hablar. Es el ánimo de los pocos trabajadores de la empresa del rombo que ayer entraban o salían de la factoría de cajas de cambios. Foto: Paco Cazalla.

el 15 sep 2009 / 17:29 h.

"La cosa está calentita" en San Jerónimo. Semblantes serios, preocupados y bocas cerradas, no quieren hablar. Es el ánimo de los pocos trabajadores de la empresa del rombo que ayer entraban o salían de la factoría de cajas de cambios. De los 1.200 empleados fijos de la plantilla de Renault en Sevilla, sólo acudieron al tajo varios cientos. El resto, descanso obligatorio.

No se recuerda que la fábrica sevillana se viera obligada a parar más de un par de días seguidos por ajustes de producción. El de ayer fue el primero de una semana completa de paro forzoso. El goteo de furgonetas y camiones de suministro, la única nota de normalidad aparente.

Es mediodía. Un trabajador de una empresa subcontrata sale de la planta. Dentro, sólo el área de piñonería funciona. Lo hará hasta mañana. Luego silencio absoluto. "¿Qué cómo está el ambiente? Pues es de preocupación". Pero cuando se aleja despeja los temores que invaden a todos. "Lo peor está por venir" -afirma con media sonrisa-. ¿Y qué es? "Más reducciones".

La fábrica de Renault parará esta semana casi en su totalidad para adaptar la producción a la caída de las ventas, y que se suma a la intención de vaciar el estocaje. San Jerónimo destina el 75% de su producción de cajas de velocidades a otras fábricas del grupo automovilístico francés por todo el mundo, pero la bajada de las ventas obliga a reducir el ritmo de producción. Se necesitan menos cajas.

Para hacer efectivo el paro, el convenio recoge una medida de flexibilidad, la bolsa de horas, que permite amoldarse cuando hay que producir más o menos. Si es en positivo, se trabaja el sábado por la mañana. Si no, se cogen días forzosos de descanso. Esa bolsa de horas contempla un máximo de 35 días en positivo y 25 en negativo. Y ya hay algunas actividades, como la cadena de montaje, en la que se ha llegado a ese límite, según Manuel Franco, secretario del comité de empresa.

Lo que temen ahora los trabajadores es que se dé un paso más y se proponga un expediente de regulación de empleo (ERE), medida que ya está encima de la mesa en el caso de la planta del rombo en Valladolid.

José Antonio González es secretario de CGT. Es de los pocos que rondan la factoría y confirma la "inquietud" compartida. Asegura que los responsables de Renault vaticinan que 2009 "va a ser un ejercicio aún peor que 2008". Ya se está dejando notar de hecho en el empleo, sobre todo en aquellos que tienen contratos eventuales (suman unos 145 puestos), que una vez que concluyen, no se renuevan. Así, Franco estima que de aquí a final de año se perderán en torno a 80 puestos de trabajo.

González comenta que la opción, una vez que se cumpla con el máximo de días de descanso obligatorios es o bien negociar con la empresa ampliar el número de días -algo que ocurrió en Valladolid- o el ERE, y se lamenta de que precisamente para evitar llegar a ese extremo se pactó la bolsa de horas.

Fuentes de la empresa precisaron ayer que el paro, que será completo jueves y viernes, mantiene ocupados el resto de días en torno a 400 personas, unas en el taller de piñonería -piezas de la caja de velocidades J que se envían a la fábrica de Rumanía, donde se montan-, y otras en actividades de mantenimiento.

El paro iniciado ayer se extendió a la planta vallisoletana y a otras tantas de la firma del rombo en Francia, tras su anuncio el viernes pasado de recortar la producción en un 20%.

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