Desde ayer Cajasol es oficialmente Caixabank. Como caja de ahorros, la sevillana mantiene aún su personalidad jurídica y una Obra Social que posee, o al menos poseía, grandes proyectos para la ciudad de Sevilla, entre ellos convertir las sedes de la Plaza de San Francisco y Sierpes en sendos museos para exponer las obras de la entidad andaluza ahora guardadas por falta de espacio. Pero el negocio, las finanzas, pertenece a ese banco catalán cuyo accionista principal es La Caixa.
Los trámites legales de esta integración, por la cual desaparece Banca Cívica -la entidad que conformaran Cajasol, Caja Canarias, Caja Navarra y Caja Burgos- y la andaluza tendrá algo más del 1% de Caixabank, culminaron ayer al ser inscrita la operación en el Registro Mercantil. Para los clientes, poca repercusión más allá del evidente cambio en las oficinas y los próximos en la numeración de sus cuentas. No tendrán que realizar gestión alguna. Hasta las nuevas tarjetas llegarán a sus domicilios cuando sea efectiva la unificación informática, prevista para mitad de diciembre. Eso sí, pueden ya operar en los cajeros de La Caixa -Servired- sin que se les cobre comisión.
No hubo acto oficial para presentarse ante la sociedad sevillana, que estos días ha podido comprobar la rapidez en la rotulación de las oficinas de Cajasol, pues ya lucen todas la estrella de Miró, el emblema de la casa barcelonesa. Un simple comunicado daba ayer noticia del alumbramiento, una vez cerrada la bolsa española. "La integración permite crear una entidad líder en el mercado español, con más de 13 millones de clientes, y ampliar a más de 800.000 titulares la base de accionistas de Caixabank", comenta en él Isidro Fainé, presidente del banco catalán, quien resalta el impulso que se concede no sólo en términos financieros -es la primera entidad del país por volumen de activos-, sino también en Obra Social.
En el área geográfica de Cajasol, la caja sevillana desplegará su propia labor de Obra Social, aunque acompañada en ocasiones por la de La Caixa, que asimismo tendrá la suya. La confluencia resulta relevante, dado que a los espacios museísticos de Cajasol en Sevilla habría que sumar el Caixa Forum que se construirá en las antiguas Atarazanas.
"La integración se ha completado con éxito, en el tiempo récord de cuatro meses, cuidando al máximo la atención a los clientes", señaló por su parte Juan María Nin, consejero delegado del banco, que es líder en cinco comunidades autónomas, entre ellas la andaluza, cuyo territorio se ha repartido en dos direcciones territoriales, una con mandos en Sevilla capital y la otra, en Málaga.
No todos contentos. Las agencias de calificación S&P y Fitch rebajaron ayer su nota a Caixabank tras esta fusión. Y CCOO recordó el severo recorte de plantilla.
