La entidad cordobesa Cajasur registró entre enero y marzo un recorte del 89% en el resultado neto, tras arrojar una tasa de mora del 7,91% que atribuye a la crisis económica, al paro y al empeoramiento de la economía familiar. En sus cuentas, el deterioro del negocio promotor inmobiliario también causó mella.
El beneficio neto consolidado (de la entidad más su grupo empresarial) de Cajasur cayó en el primer trimestre del año y respecto a idéntico periodo de 2008 un 89%, hasta los 1,95 millones de euros, después de que el aumento de la morosidad y el deterioro de sus activos, sobre todo inmobiliarios, obligaran a emprender fuertes dotaciones -reservas o colchón anticrisis- para, así, amortiguar los riesgos.
Las cuentas que la caja cordobesa ha remitido a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) revelan una tasa de mora global del 6,55%, siendo mayor la correspondiente a la cartera crediticia, un 7,91% -es la más elevada de las publicadas por toda la banca española para esos tres primeros meses de 2009-. "Es reflejo de la situación económica actual y, en su mayor parte, como consecuencia de la crisis del sector inmobiliario, el incremento del desempleo y el deterioro de la situación financiera de los hogares", alegan sus directivos.
En sus argumentos al regulador, Cajasur detalla que, para dotarse de liquidez (dinero fresco), abordará en el conjunto de 2009 sendas emisiones de deuda (781 millones de euros) y cédulas hipotecarias (900 millones). Con los recursos obtenidos, agrega, la entidad podrá afrontar el pago de las deudas emitidas con anterioridad y que vencen a lo largo del ejercicio en curso, 975 millones, así como a los movimientos que haya en los depósitos (de clientes) y los compromisos de créditos.
Cajasur, además, anuncia que, para adaptar los gastos generales "al volumen de negocio existente", acometerá "una reestructuración de la red de oficinas y un redimensionamiento de la plantilla que mejore la ratio de eficiencia [es decir, cuántos céntimos se gasta por cada euro ingresado]", al tiempo que buscará más vías alternativas para reforzar el coeficiente de solvencia.
En este sentido, la entidad andaluza asegura que a cierre del pasado ejercicio superaba el mínimo de coeficiente de solvencia (relación entre los recursos propios de la caja y la suma de los activos sujetos a riesgo) exigido por el Banco de España para poder operar, con el 9,33% frente al porcentaje obligatorio del 8%. Asimismo, añade, disponía a cierre de abril pasado de una línea de liquidez de 2.997 millones de euros.
Si nos atenemos sólo a la evolución del primer trimestre sobre el precedente (octubre-diciembre), la entidad cordobesa muestra un descenso del 2% en los depósitos de los clientes, que equivale a 223 millones menos, hasta los 13.870,4 millones de euros. La cartera crediticia (el volumen de préstamos otorgados) se recortó un 1%, para así quedar en los 13.999,64 millones. No obstante, en los últimos doce meses, y según los balances de la patronal de las cajas, la CECA, crecen los primeros un 3,7%, mientras que la segunda se apunta un descenso del 1,2%.
A la hora de explicar sus cuentas del periodo enero-marzo del año en curso, Cajasur también señala las pérdidas arrojadas por algunas de sus empresas participadas, en especial las vinculadas al negocio del ladrillo, y la incorporación de la sociedad Tremsur, que otrora compartiera con el grupo inmobiliario Tremón, hoy en suspensión de pagos.
Así, por este deterioro de activos y por el incremento de la morosidad, las pérdidas (con su consiguiente crecimiento de reservas) sumaron 46,3 millones, y fueron, pues, determinantes en el fuerte recorte trimestral de los beneficios netos.
Éstos cayeron un 89%, frente al 23,3% del conjunto de las cajas españolas, que arrojaron a 31 de marzo pasado un índice de mora del 4,64%.
