La VII Etapa de la Vuelta Ciclista a España, Almendralejo-Mairena del Aljarafe, discurrió ayer viernes sin que pasara precisamente desapercibida ni para los aficionados ni para los corredores. Funcionó sin pegas el dispositivo especial de tráfico y seguridad desplegado por el Ayuntamiento de Sevilla. Pero lo que no se pudo atemperar fue la fuerza con la que castigó el Sol al pelotón en su paso por el Puente de las Delicias, donde se registraron 33º generosos grados que hicieron padecer más de la cuenta a unos deportistas que no preveían mayores complicaciones en esta especialmente llana etapa del circuito.
Falló el público, más concentrado en el acceso y la salida de la ciudad que en la fase central, con una avenida de la Raza un tanto despejada de observadores. Otros, además de admirar, decidieron reivindicar, como el grupo de ciudadanos apostados en la verja de la Real Maestranza con pancartas contrarias a los principales partidos políticos. En cambio, fue desde Marqués de Paradas y la Plaza de la Legión hasta el Puente del Cristo de la Expiración, donde la afición hispalense se hizo notar. Precisamente resultó la aglomeración de público extendible especialmente a la provincia el asunto generador de la polémica del día. Hay que pensar en la seguridad. La gente estaba muy cerca de los corredores y si alguno saca una mano, te puede tirar y matarte, señaló el campeón olímpico en Pekín 2008, Samuel Sánchez. En San Juan de Aznalfarache cayó sin mayores complicaciones el corredor local Antonio Piedra.
Tampoco pasaron desapercibidas (para mal) las muchas rotondas de Mairena del Aljarafe, opinión no compartida por Iván Gutiérrez, que señaló cómo hay llegadas peores en otras carreras y no nos quejamos. La Vuelta no es el lugar para estos debates, En lo puramente competitivo, el checo Zdenek Stybar (Omega Pharma), se impuso al belga Philippe Gilbert (BMC), titular universal en ruta en un sprint que resolvió la séptima etapa de la VueltaCiclista a España.
