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Cambiar el textil por las setas

Hytasal, sustentada en los últimos 13 años por el empeño un puñado de trabajadores, salva la liquidación y tratará de resurgir totalmente reconvertida. Se logró el convenio de acreedores.

el 15 mar 2013 / 13:03 h.

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Hytasal es el acrónimo de Hilaturas y Tejidos Andaluces Sociedad Anónima Laboral, empresa sevillana herencia de la histórica textil Hytasa cuyos trabajadores decidieron, allá por 1998, coger las riendas para evitar su extinción y conservar su empleo. La competencia china más la crisis de clientes como Lienzo de los Gazules, llevaron a esta aventura empresarial a naufragar a finales de 2011. Entonces presentó el concurso de acreedores al no poder hacer frente a las deudas, situación que arrastra desde mayo de 2012. Pero en este tiempo no han dejado de moverse y buscar alternativas.

Llevaban ocho meses trabajando en una idea que, a priori, llama la atención porque no tiene nada que ver con el sector textil. Es un giro de 180 grados, una reconversión hacia la agricultura ecológica, con el cultivo de semillas 100% ecológicas y "el objetivo de conseguir venderlas al mismo precio que los productos que no son ecológicos". Lo explica Clemencia Rufo, presidenta del consejo de administración de Hytasal, que ahonda en que esta iniciativa surgió de la reunión que mantuvieron los trabajadores con el delegado del distrito Cerro-Amate para trasladarle la situación de desamparo en la que quedaban unas sesenta familias. "Nos comentó que había un proyecto para cultivos ecológicos" y a partir de ahí un técnico nos ayudó a hacer los números del plan de viabilidad.

Se lanzarán con las setas en torno a finales de mayo o principios de junio. La idea es utilizar una parte de las instalaciones como "laboratorio para semillas 100% ecológicas y otra que albergaría unos contenedores frigoríficos para setas y champiñones", explica. "No es que vayamos a plantar nada en el suelo de la nave", aclara. Y lo más difícil lo tienen conseguido de antemano, pues hay una empresa -cuyo nombre no quiso adelantar- con la que está ultimado un contrato para comercializar estos productos.

El primer escollo para emprender esta nueva aventura se salvó sobre el pitido final del partido. Ayer se celebró la junta de acreedores, cuyo visto bueno mayoritario era imprescindible para esquivar la liquidación de la sociedad. Y se superó por la mínima gracias al respaldo del 52% de los acreedores. Sin embargo, no todos respondieron por igual. Caixabank (con una deuda de 2 millones), junto al grupo de minoritarios (proveedores) que suman un crédito pendiente en torno al medio millón, fueron los únicos en votar a favor. La Seguridad Social (unos 1,4 millones) se abstuvo, Hacienda (500.000 euros) votó desfavorablemente al convenio y el Ayuntamiento de Sevilla (en torno al millón) no se pronunció.

La propuesta de convenio para los acreedores pasaba por dos opciones: un aplazamiento de hasta cinco años y una quita del 31% de la deuda o cobrar el 100% pero con una carencia de 9 años, que justifican en que en ese tiempo los activos inmobiliarios -suelos junto a la Avenida de Hytasa valorados en 16 millones- se revalorizarán y se sacará más dinero de su venta. Caixabank ha optado por esta segunda vía y los minoritarios por la primera.

Según explica Rufo, "solo necesitamos 11.000 metros cuadrados de los 40.000 que tiene la empresa", que afrontará la inversión inicial, de entre 150.000 y 200.000 euros, con el dinero de las indemnizaciones que cobrarán los trabajadores del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). "Desde 2012 estamos moviendo cielo y tierra para reabrir la planta con el textil, que es lo que sabemos hacer, pero no hay manera. Lo que queremos es trabajar", sentencia.

"Lo más bonito que nos dijeron era que estábamos todos locos". Es el titular de la entrevista a Clemencia Rufo que publicó este periódico en abril de 2008 y que a día de hoy no ha perdido ni una pizca de vigencia.

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