La corrupción ni está ni se la espera. Francisco Camps parece haber desterrado dicho vocablo de su discurso desde su imputación en el caso Gürtel. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, evitó (de nuevo) aludir a la situación judicial por la que atraviesan algunos dirigentes populares en la Comunidad Valenciana durante su intervención en el Debate de Política General: Gürtel, Brugal, Fabra...
Ante esta situación el portavoz de los socialistas valencianos, Ángel Luna, que sí hizo mención a las acusaciones por su relación con el empresario Enrique Ortiz -imputado en el caso Brugal-, le reclamó que dé la cara y arrojó un guijarro para simbolizar que está libre del pecado de la corrupción, a diferencia de Camps.
El jefe del Ejecutivo valenciano, que replicó a Luna desde la tribuna de oradores -en el periodo de sesiones anterior lo hacía desde su escaño-, señaló que los "problemas de los políticos" hay que dejarlos "en la puerta de las Cortes" porque "aquí se viene a hablar de los problemas que afectan a la gente en general".
Camps, que recordó que mañana se celebra la huelga general, dijo que ésta es una muestra de la "ruptura de confianza de la sociedad con el Gobierno". "La única salida es que cambie el Gobierno". Frente a esto, defendió que con su gestión al frente de la Generalitat, la comunidad "ha dado un salto adelante" porque la inversión ha sido "constante, seria y cierta". Además, aseguró poseer una "simulación" de la situación en la que se encontraría la Comunidad Valenciana en caso de haber sido gobernada en los últimos años por los socialistas y apuntó que hubiera sido una auténtica "catástrofe".
En su discurso, el presidente Camps reclamó "lo que es nuestro", afirmó que "hacer valencianismo" es no permitir que se pare a la Comunidad y aseguró que desde el Ejecutivo de Zapatero lo han intentado. Al respecto, puso como ejemplo la paralización de los derribos en El Cabanyal y de la intención de "decorar" el litoral valenciano con los chiringuitos. Camps aprovechó para reclamar la gestión de las bonificaciones a la Seguridad Social tras el acuerdo entre PNV y Gobierno.
El jefe del Gabinete valenciano centró parte de su intervención en la situación económica y la crisis, y culpó al Gobierno central por "mirar a otra parte". En este sentido, subrayó que "estuvieron a punto de tirarnos de la moneda única" y de que España fuera "intervenida". Frente a la acción del Ejecutivo socialista, destacó la llevada a cabo por el Consell que sí "ha estado a la altura de las circunstancias".
Luna criticó entonces que Camps "presuma" de ir a las Cortes a hacer un debate de política general pero que en realidad "no quiere hablar de determinados temas". No obstante, "tiene la obligación" de dar cuenta de su gestión sobre el dinero público "permanentemente" y "no nos vamos a olvidar de ese tema", advirtió. En este sentido, comentó que los populares le pueden "seguir atacando" por su relación con el empresario Enrique Ortiz -imputado en el caso Brugal-. Luna lamentó así que Camps siga con la "opacidad, las presiones" y que "no haya dado la cara" en temas como el trasvase Tajo-Segura, que delegó en el presidente de Murcia, o que durante la posible instalación del almacén nuclear en Zarra no se pusiera al teléfono cuando lo llamó el Gobierno.
