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Rasos negros y coral para unos trajes de corte sesentero y rasos también para unos modelos inspirados en el mito de Carmen la cigarrera, destacando uno de ellos en coral que sacó la modelo Mireia Canalda acompañado de un abanico de plumas que llamó mucho la atención entre el público. Además, la manga larga se ha hecho dueña y señora de la pasarela con unos grandes vuelos.
El modisto José María Cañavate ha puesto el nombre de 'Dulce y salado' a su colección, un homenaje al modisto Justo Salado, que vistió a las más grandes folclóricas de nuestro país, como Lola Flores o Rocío Jurado, a las que siempre ha admirado.
Su colección es una apuesta por la alta costura: "Nosotros preferimos hacer menos trajes pero de una manera más artesanal y elaborada", resalta Cañavate. Un total de 22 trajes se han presentado en el desfile: "Nos gusta que se luzca el vestido y no que se vea con prisas porque es un trabajo de mucho tiempo de elaboración", explicaba hace unos días.
Los trajes cortos han sido los protagonistas del desfile, aunque el diseñador admite que "hay que actualizarlos y traerlos con formas renovadas".
Los colores más presentes en la colección han sido una combinación entre el coral, el verde agua y el negro. Cada vez más diseñadores apuestan por este último color, que parecía vetado en la moda flamenca y que da un aire renovado a los modelos. Los vestidos han llevado una línea sesentera, apostando sobre todo por los trajes cortos.
Respecto a los cambios que han introducido destacan las mangas, que van ser más largas y "cosidas hasta la muñeca". Por otro lado, este año los escotes son más redondeados, olvidando a los de pico. Otros años se ha llevado un entalle que llegaba hasta las rodillas, sin embargo este año se ha decidido prescindir de esta forma y han apostado "por llevar un entalle hasta la cadera", señale Cañavate.
Los complementos son de Dublos y la música ha corrido a cargo de Curro Jackson.
