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Carbón, flamenco y poesía

Escondida entre las callejuelas del barrio de la Judería está La Carbonería, un espacio muy andaluz que acoge cada noche a cientos de extranjeros y sevillanos ansiosos por escuchar flamenco puro y poesía real

el 21 feb 2010 / 18:48 h.

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Una pareja conversa en el calor de la chimenea.
Hay un rincón peculiar en Levíes más transitado por guiris que por sevillanos, pero su sabor, paradójicamente, no puede ser más de aquí. Son las nueve de la noche y hace frío. En el número 18 de esta calle hay un portón rojo, sin cartel, y de él salen notas de piano: es La Carbonería, taberna de bohemios y flamencos que pese a estar escondida en el barrio de la Judería desde siempre, goza de una popularidad dentro y fuera de las fronteras locales que más quisiera para sí más de un bar. Los despistados transeúntes se deciden a entrar, Martín Lucía y Pedro Ibáñez están presentando sus libros de poemas junto a la chimenea.

 

Los adoquines de Levíes se confunden con los de la entrada de la taberna. Del altísimo techo cuelgan ventiladores de aspa antiguos, aunque no tantos como el cartel que hay junto a la chimenea: "Carbones de toda clase. Servicio a domicilio". ¿Reliquia o adorno? Francisco, hijo del famoso Paco Lira, dueño de La Carbonería, lo explica: "Lo que hoy acoge exposiciones de pintura, recitales, conciertos, flamenco y conversaciones de todo tipo, era antes una auténtica carbonería". Dos arcos blancos marcan los tres espacios. El primero, donde tienen lugar los encuentros más alternativos, tiene chimenea (siempre encendida en invierno), y el amor, que es bien listo, encuentra en ella el sitio perfecto para hacerse aún más grande. Las paredes son de cal blanca, y las mesas y bancos, de madera y estrechos. Al fondo, una campana de madera tallada acoge en su seno un precioso piano negro. Hoy son las manos de Jesús Barrero las que tocan sus teclas.

En esta zona no se permite fumar. Para hacerlo hay que cruzar la puerta del fondo, y llegar a un gran espacio que es donde está la barra y donde se celebran cada noche a las 23.00 las actuaciones flamencas. Haga la prueba, en todas las guías escritas sobre Sevilla viene La Carbonería como propuesta si se quiere escuchar y ver flamenco gratis. Sabiendo esto se entiende que el recital de Martín y Pedro y sus poemas de amor y desamor se vean interrumpidos continuamente con la llegada de algún extranjero. Esta nave es más impersonal, más tipo caseta pública de Feria, pero su función lo justifica, viene mucha gente. La radiografía visual del espacio se ve interrumpida: un chino, una india y una alemana hacen irrupción en la escena. Vienen en busca de arte.

El piano acompaña en todo momento a las palabras. Sólo ellas rompen el silencio. A un lado una pareja gay, al otro, una señora que ronda los 40. Un solitario hunde la cabeza entre sus manos, y escucha: "Sólo aspiro a que cuando llegue tú te encuentres en él", recita Pedro. A su lado, alguien mientras tanto filmándolo todo. Tanta tranquilidad sólo puede anteceder a la explosión de folclore que vendrá después. Los poetas siempre tan serios... Más tarde vendrá la alegría del flamenco y sus extranjeros, y durante, el pensamiento de los anónimos.

Se acerca el final del recital, se sabe porque el tintineo de copas y voces salpicadas de los camareros crecen por minuto, y el trasiego de extranjeros y músicos portando guitarras no cesa. Casi son las once. Las voces pertenecen a Antonio y Rejis, camareros desde hace años que aseguran que en nueve años sólo han tenido que echar a un "pasado de copas" y que el 85% del público ahora es extranjero, y antes no. "Por aquí vienen muchos catalanes y chinos". Y para estos últimos (y para los italianos, los alemanes...) memorizan frases en inglés.

La tercera y última zona es un patio andaluz, lleno de macetas y mesitas desiertas. Para disfrutar de ellas habrá que esperar. Qué eterno es el frío. Cuatro guiris entran y con los ojos como platos se paran. Con el mapa de Sevilla en una mano y la guía abierta por sitios imprescindibles a los que ir en la otra, se abren paso dirección a la barra. Puede que crean que el lenguaje en la poesía es condición indispensable para entenderla, pero, al menos esta noche, la poesía es música.

De utilidad:

Qué: La Carbonería.
Música: Flamenco gratis todos los días a partir de las 23.00 horas.
Próximas citas: Los martes, ciclo de música, poesías y canciones.
Cuándo: Todos los días, entre semana de 20 a 3 de la mañana. Los fines de semana el horario se alarga hasta las 4 de la madrugada.
Dónde: Calle Levíes, 18 (en pleno barrio de la Judería).
Más información: En lacarboneriasevilla.spaces.live.com o llamando al 954 229 945.

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