Como ya es habitual en todas las comparecencias de Miguel Carcaño, el joven fue recibido con gritos de «asesino» y otros insultos por un grupo de personas que aguardaba su llegada en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde le fue practicado el llamado test de la verdad. El joven permaneció dos horas en el interior del centro sanitario, tras lo que fue trasladado de nuevo a la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real). El asesino confeso de Marta del Castillo asegura que con esta prueba sólo quiere demostrar que no miente cuando sitúa el cuerpo de la chica en la finca de la Majaloba, en La Rinconada.
Carcaño llegaba al citado hospital sobre las 15.30 horas acompañado por gran parte del equipo de la Policía Nacional que llevó a cabo la investigación. En las puertas del centro sanitario el esperaba un grupo de jóvenes que portaban una pancarta en la que se podía leer «Carcaño, asesino», que le increparon con insultos y gritos de asesino tanto a la entrada como a la salida, que tuvo lugar sobre las 18.30 horas.
El neurofisiólogo que le realizó la prueba, José Ramón Valdezán, se mostró, en declaraciones a Efe, «absolutamente convencido» de que esta prueba cerebral ayudará a la investigación. El especialista no se atrevió a aventurar el «porcentaje» de fiabilidad de esta prueba, teniendo en cuenta que esto depende de la persona que se somete a ella y que hasta dentro de dos semanas no se obtendrán los resultados. Carcaño se mostró, según sus palabras, «muy colaborador» en todo momento y «muy tranquilo» durante el tiempo que ha durado el test (setenta minutos). «No es muy expresivo; al menos conmigo», dijo el médico al describir la actitud de Carcaño durante el tiempo que ha durado la prueba. Sus abogadas, Paloma Pérez y Mónica Gallardo, también estuvieron con el joven, ya en el interior del hospital con el objetivo «de garantizar sus derechos y velar para que estos se cumplan», explicaron. Carcaño nunca ha puesto reparo alguno a someterse al test de la verdad, porque él «precisamente lo que quiere es que se demuestre que está contando la verdad» y que no miente como ha hecho con otras versiones que ha ofrecido sobre el paradero del cadáver de Marta. Miguel mantiene que la chica está oculta en la finca de la Majaloba, donde la enterró con la ayuda de su hermano, Javier Delgado, que lo niega, al igual que él sea quien mató a la chica, como dice ahora Carcaño.
La prueba, sobre la que no ha trascendido ningún detalle, consiste en ponerle unas imágenes para observar las reacciones positivas del cerebro, sobre las que el individuo no tiene control.
