Cáritas Universitaria, en su primer año de funciamiento en la circunscripción universitaria, ha concedido ayudas económicas a más de 60 alumnos en problemas para continuar sus estudios y que, de otra manera, se habrían visto abocados a abandonar la Universidad. Así se detalla en la memoria de actividades de este organismo dependiente de Cáritas Diocesana, creado el pasado mes de octubre por decreto del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, para dar cobertura civil y canónica a la importante labor caritativa que realizan los integrantes de la comunidad universitaria y con la finalidad de atender al mayor número de casos posibles entre el alto de número de estudiantes que, como consecuencia de la situación económica, agotan todas las vías de ayuda que ofrecen las administraciones públicas.
Entre todas las actividades realizadas destaca el novedoso programa de ayudas a estudiantes universitarios con problemas económicos desarrollado en colaboración con la hermandad de Los Estudiantes. Para su desarrollo, Cáritas Universitaria ha destinado 4.000 euros, que se suman a los más de 15.500 invertidos por la cofradía estudiantil, dinero con el que se ha alcanzado la atención a 36 personas.
Según explica el director espiritual de la hermandad y director del SARUS (Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla), el sacerdote Álvaro Pereira, las ayudas se dividían en tres categorías: una ayuda-préstamo para alumnos de primer curso no residentes en Sevilla capital; otra ayuda para alumnos que hayan superado el 80% de los créditos matriculados y no pueden acceder a ningún tipo de ayudas públicas; y una tercera ayuda para universitarios procedentes de países extracomunitarios que hayan superado el 80% de los créditos y poseen graves dificultades para a finalizar sus estudios.
Pereira califica de muy positivo el balance de este primer año de funcionamiento del programa de asistencia social a universitarios en peligro de abandonar sus estudios por causas económicas. Nuestra alegría principal es comprobar cómo siguen en la Universidad y están sacando sus cursos adelante. Incluso el hecho de que se les esté ayudando económicamente les hace más responsables y se obligan más a estudiar.
Pereira elogia que las hermandades quieran hacer cosas por los pobres y alaba la puesta en marcha de este programa de ayuda a estudiantes, un nuevo concepto de caridad que se adapta muy bien a las necesidades que tiene la sociedad.
Cada uno de los casos atendidos ha sido evaluado por una comisión de control compuesta por diez personas y que se ha encargado de estudiar las solicitudes y baremarlas según los requisitos exigidos en la convocatoria.
Muchos de los casos atendidos rozaban el dramatismo, como el de un alumno, recuerda el hermano mayor de Los Estudiantes, Antonio Piñero, que vivía en una unidad familiar de cuatro miembros con un sustento de 400 euros.
Al margen de este programa, Cáritas Universitaria también ha prestado sustento económico por un valor superior a los 7.000 euros a otros 22 alumnos universitarios a los que se le ha sufragado en parte el pago de matrículas, alojamiento, tasas y material de estudio. Los recursos económicos de Cáritas Universitaria con los que se han financiado todas estas actividades provienen en una gran parte de la aportación de los fieles que participan en las misas celebradas en la Capilla Universitaria, estipendios que ascendieron a 7.810 euros. A ellos se suman los donativos provenientes de la celebración de sacramentos, que sumaron 2.804 euros, así como la devolución de ayudas del curso anterior, por 900 euros, y el resultado de diversas campañas realizadas en centros universitarios, cuyos resultados superaron los 6.000 euros.
