La crisis económica ha hecho que el número de personas atendidas por Cáritas este año se haya duplicado respecto a 2007, al elevarse a 800.000, un cifra que la organización califica de "récord histórico". En 2009, unos 200.000 necesitados más.
"Quiero hacer una llamada a los católicos y a toda la gente que confía en Cáritas para que sigan aportando su ayuda personal y económica", indicó ayer el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, quien presentó el cuarto informe sobre La acción social ante la crisis.
Analizó la "precariedad" de la protección social en España y señaló que la proporción del gasto social en este país con relación al Producto Interior Bruto -22,7%- está cinco puntos por debajo de la media europea. Se refirió a la "fragmentación" de la política social en los diversos ámbitos de actuación. Los servicios sociales, explicó, además de no tener una definición legal y técnica unificada, están sometidos a un proceso de legislación "desigual y abierto".
Uno de los "retos" ante el impacto de la crisis pasa, en su opinión, por definir claramente las tareas básicas y mínimas de los servicios sociales como una condición necesaria para, así, racionalizar su gestión.
Los datos del informe revelan que, en general, los servicios sociales públicos no cubren muchas necesidades "básicas" de las personas más acuciadas por la actual coyuntura, porque o no están incluidas o los criterios para acceder a las mismas se han endurecido y "son muy desiguales" en las distintas comunidades españolas en cuanto al tiempo de tramitación, las cuantías concedidas y la duración de la prestación.
De hecho, los agentes de Cáritas constatan la "lentitud o falta de respuesta" de los servicios públicos ante situaciones de emergencia. Así, mientras que para las citas los periodos de espera van de 30 a 90 días, los plazos de valoración y resolución de las ayudas pueden superar con creces los tres meses.
Esta demora hace que la ONG deba asumir en muchos casos la cobertura inmediata de las necesidades urgentes de estas personas y familias, e incluso el adelanto de cantidades que vayan a ser concedidas por los servicios públicos.
Como indicó Sebastián Mora, "Cáritas realiza una ingente labor de contención", una sentencia que viene avalada, dijo, por el dato de que el 52% de las personas atendidas por la institución vienen derivadas de los servicios sociales públicos.
A este respecto, el secretario general recordó que "la opción de Cáritas es la de complementar a los servicios sociales públicos, no sustituirlos".
Joven, parado y con hijos que quieren comer
Las necesidades básicas más demandadas por las personas que acuden a Cáritas son: alimentación, vivienda, empleo, acompañamiento sobre asuntos legales y extranjería y apoyo psicológico.
Los colectivos más atendidos son jóvenes en situación de desempleo, parados mayores de 45 años o con baja cualificación, familias jóvenes con niños y mujeres con cargas familiares.
Por otra parte, Cáritas constata que la mayor parte de los que solicitan ayuda no percibe renta alguna y que los servicios sociales de las administraciones públicas no cubren muchas de las necesidades básicas de estas personas.
Mientras, la Conferencia Episcopal Española entregó ayer a Cáritas una aportación económica de 3 millones de euros.
