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Casi dos mil sevillanos comen a diario gracias a la caridad

A los comedores sociales se sumaronelaño pasado catering que llevan los platos a casa.

el 27 may 2013 / 22:26 h.

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  Un hombre recogiendo su bandeja de comida en el comedor de San Juan de Dios. Un hombre recogiendo su bandeja de comida en el comedor de San Juan de Dios. En septiembre de 2012, un reportaje en The New York Times titulado En España, austeridad y hambre levantó la indignación patriótica por las imágenes que lo ilustraban: 15 escenas en blanco y negro con ciudadanos rebuscando comida en la basura o repartos de alimentos a cargo de ONG. Se publicó coincidiendo con el viaje a EEUU del Rey y del presidente Rajoy precisamente para convencer a inversores extranjeros de que confiaran en el país, y la diplomacia española desplegó su artillería para contrarrestar esas imágenes, con el respaldo de la oposición y la opinión pública. Sin embargo, las iniciativas que centran la acción política de la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla parecen indicar que The New York Times no andaba muy desencaminado sobre la situación desesperada de muchas familias al tiempo que tratan de evitar que sea necesario rebuscar comida en la basura. Al menos para las más de 1.700 personas que cada día comen gracias a los comedores y catering sociales subvencionados por el Consistorio –a las que en breve se sumará otro medio millar en el Polígono Sur–, y desde principios de junio se unirán 2.000 menores a los que la Junta garantizará tres comidas al día en los comedores escolares. La próxima semana, 35 colegios de las zonas más desfavorecidas como el Polígono Sur, Torreblanca, Tres Barrios-Amate y el Polígono Norte adelantarán la puesta en marcha del plan de seguridad alimentaria de la Junta para garantizar, a través de los comedores escolares, tres comidas al día a 2.000 menores (en verano se extenderá a toda Andalucía). Son los mismos barrios en los que se centra el plan especial de apoyo social del Ayuntamiento, que además de duplicar las subvenciones para los comedores sociales que regentan desde hace años las Hijas de la Caridad y los creados ante la crisis por la Orden de Malta, la de San Juan de Dios y la Hermandad del Dulce Nombre de Bellavista, explora un nuevo concepto de catering social. Y es que el perfil de las personas necesitadas ha cambiado. Son los llamados “pobres vergonzantes”. Familias normalizadas a las que un paro prolongado ha puesto al borde de la exclusión y para las que resulta más difícil guardar cola para sentarse en mesas colectivas a comer gracias a la caridad. La alternativa es llevarles la comida preparada a casa o que la recojan en tupper para tomarla en la intimidad de su hogar, si aún lo conservan pese a las deudas, lo que también permite alimentar a los menores, que no pueden acceder a comedores sociales. En septiembre y octubre del año pasado, el Ayuntamiento firmó convenios con las fundaciones Persán y Cruzcampo para ofrecer 30 y 28 comidas diarias a familias de Tres Barrios y Torreblanca en cada caso. Los servicios sociales municipales seleccionan y derivan a las familias y las entidades costean la comida. Ayer, el alcalde Juan Ignacio Zoido, suscribió otros dos acuerdos con La casa de todos de Su Eminencia y la Asociación Hermanamientos de Tres Barrios por los que cada una recibirá una subvención de 60.000 euros anuales (frente a los 25.000 de 2012) para dar 520 comidas y atender a 130 familias al día. “Antes nos llegaba un tipo de familia concreta, asociada a la pobreza. Ahora vienen familias cuyos miembros acabaron de trabajar hace unos meses, un año o dos, con temas de vivienda o casos de desnutrición”, admitió la responsable de La casa de todos, Valle Castellar, quien señaló que “con la crisis, todo se agrava” y son “muy pocas” las familias que logran salir del círculo de la pobreza. El alcalde destacó que además de dar comida, los voluntarios de estas entidades realizan un trabajo social con los usuarios a modo de “escuela de familias”. El Ayuntamiento tiene previsto poner en marcha otro catering social en el Polígono Sur, que contará con una subvención de 120.000 euros a la empresa de reinserción social Abrecaminos del Sur, surgida de los talleres de empleo como empresa de catering para eventos que ahora dará además comidas a familias necesitadas de esta zona. En cuanto a los comedores sociales, los de Triana y el Pumarejo de las Hijas de la Caridad recibirán 100.000 euros este año cada uno (el doble que en 2012) para dar 300 comidas diarias. También el comedor puesto en marcha el año pasado por la hermandad del Dulce Nombre de Bellavista ha visto aumentada la ayuda municipal de 10.000 a 51.000 euros, con lo que tras la firma del convenio, en breve, prevé aumentar de 140 a 200 los vecinos del barrio a los que atenderá cada día. Su hermano mayor, Alfonso Lozano, señaló que también reparten bolsas con desayunos para los niños tras detectar este problema y coincide en que acude “gente de lo más normal. El verano pasado un hombre me decía que el año anterior estaba en su casa de Islantilla”. La Orden de Malta abrió un comedor a finales de 2011 que da unas 200 comidas al día y algo más de tiempo lleva funcionando otro comedor creado por la Orden de San Juan de Dios, con la asociación Tú sí puedes, que atiende a entre 110 y 160 personas cada día a los que “se hace un seguimiento por la asistenta social, no es un comedor a demanda”, explican. Con el aumento de la ayuda municipal (de 10.000 a 60.000 euros anuales) abren los sábados y en breve, con otras donaciones, prevén crear un economato aunque aún está por determinar su ubicación. Economatos que reparten comidas gratis o a bajo precio han puesto en marcha hermandades como la de la Santa Caridad mientras el proyecto Fraternitas del Consejo de Hermandades y Cofradías reparte unas 100 cajas al mes de productos no perecederos para 300 familias del Polígono Sur a través de la Parroquia Jesús Obrero.

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