Los dos sectores del PSOE dieron por cerrado esta semana dos de los frentes existentes desde hace semanas entre la dirección provincial y el grupo municipal. Por un lado, Emilio Carrillo ha salvado públicamente su pacto con los sindicatos del Consistorio. Por otro, Viera ha informado de que queda definitivamente olvidado el pulso de la portavocía.
El PSOE ha resuelto esta semana dos envites internos que se prolongan desde hace semanas. Desde que el jueves día 12 el alcalde ofreció a Juan Antonio Martínez Troncoso la portavocía del grupo municipal y éste la rechazó ?al no estar de acuerdo con el resto de la dirección propuesta-, se han sucedido los contactos y las reuniones internas, con dos elementos sometidos a debate: el acuerdo firmado por Emilio Carrillo como delegado de Recursos Humanos con los sindicatos municipales, con un coste superior a los 15 millones de euros, y la resolución del pulso por la portavocía del grupo municipal que quedó aplazada el pasado año hasta las votaciones de todas las asambleas de las agrupaciones locales. La tregua quedó ayer grabada en dos imágenes: la votación unánime del Pleno que respalda a Carrillo y la reunión de todos los comités locales con la Ejecutiva Provincial para iniciar una campaña de promoción del plan estatal de inversiones y de medidas anti crisis -aunque esta imagen no está vinculada a los acuerdos-.
El primero de estos conflictos, el acuerdo firmado entre Carrillo y los sindicatos a finales del mes de enero, se resolvió ayer cuando la situación había llegado al límite. Hacienda no había dado nunca por nulo este convenio, pero tampoco había garantizado su cumplimiento. Costaba más de 15 millones de euros, en plena crisis y con todas las delegaciones con el cinturón muy apretado. En buena medida se iba a cumplir, pero faltaba por ver hasta qué punto y cómo se escenificaba.
El miércoles pasado se reunió el grupo municipal. Se revisaron las líneas generales de los presupuestos del Consistorio -no el capítulo de gastos de personal-. Ese mismo día, los cinco sindicatos se reunieron con el PP. Le pidieron que presentase una moción urgente para respaldar su acuerdo laboral. En sus contactos con el sector vierista percibieron respaldo a su moción. Había una grieta en el PSOE. Que Carrillo o cualquier edil hubiera votado a favor de la moción del PP no era un mero símbolo. Era romper la disciplina de voto, motivo de expediente.
Ese miércoles por la tarde, según varias fuentes consultadas, se decide frenar el pulso. Se reúnen Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Emilio Carrillo, José Antonio Viera y Susana Díaz. Se llega entonces al siguiente acuerdo: hay que desbloquear la situación y buscar una salida al acuerdo de Carrillo. El jueves hay otra cita, también con la delegada de Hacienda, Nieves Hernández. Se halla una solución para desactivar la moción del PP pactada con los sindicatos. Presentar una por urgencia antes -el Gobierno tiene preferencia- en la que se respaldase el acuerdo, que fuera firmada por PSOE e IU y que introdujera un matiz: "Aprobar el acuerdo de negociación colectiva (...) y llevar a cabo las modificaciones legales y reglamentarias oportunas para adecuar el acuerdo a la normativa vigente". El matiz es sustancial. En los últimos ejercicios, según fuentes sindicales, Intervención ha dictaminado de forma negativa a las subidas lineales de salarios. En el acuerdo de 2009 aparece la creación de 189 puestos de trabajo, la subida del 2% de las nóminas obligatoria según los Presupuestos Generales del Estado y una subida del 0,71% adicional que se cataloga como "cumplimiento de objetivos". Este último apartado es el que se ha visto cuestionado por el informe de Intervención de este año emitido el 27 de enero -antes de la firma final del acuerdo-. Cuesta alrededor de 1,5 millones. La propia delegada de Hacienda, Nieves Hernández -quien defendió el acuerdo, pese a que Carrillo es delegado de Recursos Humanos y portavoz adjunto- insinuó la importancia de estos términos: "Si se fijan, no es el mismo acuerdo", respondió al PP cuando éste criticó la actitud de los socialistas. Los populares retiraron su moción -si la hubieran mantenido podrían haber puesto a Carrillo en un aprieto-, votaron a favor de la del PSOE y subrayaron que habían sido los únicos que habían representado a los sindicatos en ese Pleno. Este acuerdo no evita además que el Gobierno local cumpla el compromiso de congelar los gastos corrientes. Habrá un descenso en el capítulo 2, porque Hacienda ultima un presupuesto que recorta gastos en temas como publicidad y protocolo.
El segundo frente, la portavocía del grupo municipal socialista, ya estaba resuelto cuando arrancó el Pleno. Desde el pasado año, Viera y Monteseirín mantienen un pulso por la portavocía del grupo. Está en manos de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, pero el Provincial hizo todo lo posible para que pasase a ser dirigido por Carrillo. El PSOE-A obligó a parar la guerra. Quedó aplazada con un nombre sobre la mesa: Juan Antonio Martínez Troncoso.
Hace una semana, el jueves 12 de febrero, el alcalde le ofreció el puesto a Troncoso que estaría acompañado de Francisco Fernández y el propio Celis como vicepresidente. El edil afín a Viera lo rechazó. De las conversaciones posteriores con el Regional, el grupo municipal extrajo la conclusión de que contaba con el apoyo del PSOE-A. El lunes se reunió la Ejecutiva Provincial. Se abordó el tema. Pero sin resoluciones ni acuerdos.
El miércoles, en la citada reunión, con Viera, Celis y Carrillo, los participantes dieron por cerrado el pulso por la portavocía. Se mantendría Celis de portavoz y a Emilio Carrillo como adjunto. Las instrucciones del Regional son muy claras: unidad ante la crisis y reducir al máximo las disputas públicas. Al menos, hasta que llegue la Ejecutiva municipal y la elaboración de la candidatura.
