Cultura

Cernuda y Sevilla, ¿reconciliados?

El cincuentenario de la muerte del poeta se salda con éxito gracias a múltiples actividades y a la respuesta del público

el 14 nov 2013 / 22:23 h.

paseo por la sevilla de cernudaEl pasado martes no cabía un alfiler en el auditorio del Cicus. El reclamo era la doble proyección, organizada por el blog Estado Crítico a modo de homenaje a Luis Cernuda, de dos artefactos audiovisuales muy diferentes: el documental México, final de dos amores, de Rosa Teixido, y Donde habite el olvido, la peculiar interpretación gótica y darkwave del dúo sevillano Silent Love of Death. Dos ejemplos de las múltiples miradas que sigue acogiendo el poeta sevillano cuando se cumple medio siglo de su fallecimiento en el exilio. El acto del Cicus ponía colofón a un intenso mes en el que se han concentrado múltiples actividades en torno al autor de Ocnos, con una respuesta del público que viene a desmentir rotundamente el tan cacareado divorcio entre éste y su ciudad natal. ¿Ha hecho las paces Sevilla con Cernuda? Para AntonioRiveroTaravillo, biógrafo del poeta que ayer mismo se hallaba en Berlín rindiéndole un homenaje, “ninguna ciudad hace las paces con sus poetas. El poeta es siempre, por sí mismo, un extranjero”, afirma. No obstante, Rivero Taravillo considera “muy enriquecedor” el notable programa de actividades dedicadas a Cernuda durante las últimas semanas, y plantea junto al arquitecto Antonio Barrionuevo un desafío para el futuro: que se recupere la casa natal del poeta en el número 6 de la antigua calle de Conde de Tojar, actualmente calle Acetres. “Somos conscientes de que son malos tiempos para este tipo de aventuras, pero el inmueble se conserva en buen estado y no sería difícil hacer las obras oportunas para abrirlo al público. No se trata tanto de convertir las casas de los escritores en piezas museísticas, como en lugares de irradiación de actividades y estudios”, agregan. Uno de los platos fuertes de este mes cernudiano ha sido sin duda el ciclo titulado A un maestro presente: Luis Cernuda, organizado por la Casa de los Poetas en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, y que ha contado con ponentes como Pablo García Baena, José Luis García Martín, Juan Antonio González-Iglesias, Fernando Ortiz o Jacobo Cortines, entre otros. El director de Casa de los Poetas y promotor de estas jornadas, José Daniel Serrallé, no oculta su satisfacción por la espectacular acogida de las mismas, pero se resiste a creer que la capital hispalense tuviera una cuenta pendiente con su bardo. “Esa cuenta, si existió, empezó a saldarse en el año 77, cuando rindieron homenaje a Cernuda en el club Gorka nada menos que Jaime Gil de Biedma, Juan Gil-Albert y Luis Antonio de Villena. Y más tarde, en 1988, cuando la Menéndez Pelayo le dedicó un gran seminario presidido por Octavio Paz. Eso por no hablar de la edición conmemorativa de Ocnos, de la que se vendieron miles de ejemplares, de otros estudios que vieron la luz entonces y que han quedado para los restos, o de las señalizaciones urbanas que lo recuerdan y forman parte de los circuitos turísticos imprescindibles”, enumera. “No conozco a nadie que haya tenido un reconocimiento semejante en esta ciudad”, insite Serrallé, quien opina que en 2002, con motivo del centenario del nacimiento de Cernuda, los últimos resquicios de duda se disiparon. “Por eso esta celebración tenía que tener necesariamente otra dimensión, la de subrayar la absoluta modernidad del poeta, y su revalorización como el autor más influyente de su generación. Pero eso de que Cernuda está olvidado, es una mitología que se cultiva demasiado en Sevilla”, concluye. Olvido tal vez no, pero ciertas reservas sí que sigue suscitando la figura del autor de La realidad y el deseo en su villa natal, unos dicen que por no ser un sevillano ajustado a la ortodoxia de postal, otros porque un buen día hizo la maleta para no regresar jamás, y tampoco faltan quienes creen que Sevilla no le perdona el pecado de ser homosexual. No quedan lejos los tiempos en que Antonio Burgos ironizaba afirmando que “los lectores sevillanos de Cernuda caben en un autobús”, y algo de ese negarle el pan y la sal sintieron los poetas de diversos puntos de España que le rindieron tributo en el Ateneo, presentando un número especial de la revista Áurea. “Nos volvimos un poco tristes de Sevilla, sintiendo que no se le quiere demasiado”, recuerda Beatriz Russo, una de las invitadas. “Enfrente de la casa de Cernuda hay una tienda de antigüedades. Llegamos cuando estaba a punto de cerrar. Al vernos, el dueño se precipitó hacia nosotros y nos invitó con desdén a que nos apartáramos. Bajó la persiana metálica y se marchó gruñendo: ‘Estoy hasta los mismísimos de Cernuda’. Miré hacia la casa y vi que estaba en ruinas. Es una clave más de lo que le pasa a este país”, lamenta la madrileña. La guinda de estas celebraciones, que arrancaron el pasado 16 de octubre con un homenaje en la Biblioteca Infanta Elena a cargo de la asociación Ocnos, será un libro dedicado a Cernuda que próximamente verá la luz bajo los auspicios de Cajasol, y que contará entre otras formas con las del propio Rivero Taravillo, Rogelio ReyesCano, Jacobo Cortines, Jaime Rodríguez Sacristán, Ismael Yebra, Paco Robles o Juan Lamillar. Para este último, no cabe duda de que “Sevilla ha cumplido ampliamente con Cernuda. Está publicado, requetepublicado y estudiado como ningún otro nombre del 27, salvo quizá Federico García Lorca. No queda nada por hacer por él, pues, más que leerlo... Y poner Ocnos de lectura obligatoria en los colegios”, concluye el poeta.

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