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'Chaves fue el primero en decir: Pepe, tu mensaje es cambio'

Nunca ha tenido cargos ejecutivos en el PSOE, pero dice que pocos conocen tan bien el partido como él. Se jacta de haber hecho el Gobierno que ha querido y no muestra temor a que le salgan competidores para los carteles de 2012.

el 16 sep 2009 / 01:59 h.

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-Luis Pizarro dijo que usted iba a conocer bien al PSOE-A la tarde en que formó su Gobierno. ¿Ya se ha enterado?

-Me divierte mucho esto de mi conocimiento del partido. Poca gente lo conoce tanto y lleva tanto tiempo en los órganos de dirección. Quizá tenga una visión nacional superior al 90% de la gente de aquí. Pertenezco al comité federal, al que tengo que agradecer el apoyo entusiasta. Enrique Barón me comentaba. "Qué barbaridad, te aplauden hasta los andaluces" [Risas]. Pero es cierto que no he estado nunca en órganos ejecutivos y me ha sorprendido la respuesta del PSOE. Ni haciéndolo de diseño sale tan bien. Ocho comités provinciales, ocho secretarios generales, una ejecutiva regional, un comité director, un comité federal; y todo unánimemente. Y tengo que decir algo: pocas veces se puede contemplar la grandeza que ha tenido el secretario general del PSOE de Andalucía en un tránsito como éste. Fue él el primero que me dijo: "Pepe, cambio. Tu mensaje es cambio". No he tenido más que apoyos y, sobre todo, a Manuel Chaves. Algunos dirán que esto es más de lo mismo pero yo digo que, si más de lo mismo es tener más de la categoría humana de Chaves, seré un hombre feliz.

-¿Hasta qué punto ha tenido las "manos libres" que pidió para hacer su Gobierno?

-Totalmente. Lo primero, para que se entienda: no he reducido el número de consejerías porque no quería parar la Administración. Segundo, no quiero prejuzgar nada hasta que no haga la descentralización. Habrá áreas del Gobierno cuya descentralización puede ser mayor y, por lo tanto, habrá órganos centrales que son menos importantes. Por eso he querido mantener ese organigrama básico, aunque he cambiado cosas. Es verdad que intuyo que hay algunas áreas que van a adelgazar, pero a lo mejor, los estudios me dicen que tengo que ir más allá en unas áreas que en otras. ¿En cuanto a las personas? Las que he querido.

-¿El fichaje de Rosa Aguilar es sólo cosa suya?

-Nunca haría una operación de este tipo si no contase con la aquiescencia de mi partido. Eso era importantísimo. Hablé con el vicesecretario general del PSOE en España, con el secretario general del PSOE en Andalucía y el de Córdoba. He ido de la mano del partido y siempre en el entendimiento de que el ayuntamiento de Córdoba va a seguir en manos de IU con el apoyo del PSOE. Con esas dos premisas empecé a trabajar, sobre la base de que nuestras relaciones eran fantásticas. Conozco a Rosa desde que estábamos en el Congreso y es verdad que ideológicamente me siento muy a gusto con ella y ella conmigo. Pero además, el que no quiera ver que la IU de las municipales no es la misma que la de ahora; el que no quiera ver que no es lo mismo la IU de Gaspar Llamazares que la de Cayo Lara? Hay diferencias.

-Hay quien dice que ésta es una operación pensada en Madrid para ganar votos de la izquierda.

-Si Madrid me hubiese dicho "pon a Rosa Aguilar", yo le habría dicho "pues ponla tú". Es que es tan claro como eso, la habría metido Zapatero en su Gobierno.

-¿Y el regreso de Mar Moreno? Entró en el Gobierno, se fue a la dirección federal, vuelve...

-Es una las personas más capacitadas dentro del partido y le he dado el área que para mí es preferente, sin duda, y que es muy complicada. ¿Por qué Mar Moreno ahí? Mar Moreno tiene una cualidad para todo aquel que la conozca bien: es capaz de forjar acuerdos. Es una mujer a la que yo necesito para que me haga la gran alianza educativa entre padres, alumnos, profesores y Administración. Es muy capaz de hacerlo porque habla con todo el mundo y tiene sensibilidad. Y porque además, queramos o no, es un valor muy fuerte en el PSOE, como muchos del Gobierno.

-Durante algún tiempo fue señalada como sucesora de Chaves.

-Ahora, si es sucesora, será de Griñán, ¿no? [Risas]

-Pero hay quien dice que al incorporarla al Gobierno se arriesga a que se cuestione su candidatura en 2012; incluso le han llamado "valiente" por hacerlo.

-Yo he elegido a la persona adecuada para el sitio adecuado. Se lo digo sinceramente, eso de la valentía y de la cobardía me parece una ridiculez. ¿Arriesgarse? Es una apuesta ganadora: no tiene ningún riesgo. En cuanto a las caras, se lo dije el primer día a los consejeros: "Todos y cada uno de vosotros podéis ser presidentes del Gobierno de España". Me parecería fantástico que quisieran serlo, pero que no perjudiquen al que tienen al lado. Que sean equipo, destacando individualmente. Es que hay gente muy competente. Es un Gobierno muy muy potente.

-Se ha dejado fuera a dos pesos pesados de la etapa anterior: Zarrías y Vallejo. ¿No tenían cabida en su proyecto?

-Bueno, Gaspar Zarrías se ha ido con Manuel Chaves. ¡Vamos, que Gaspar Zarrías no quepa en el proyecto socialista no se lo cree nadie! Es parte integrante y hereditaria del PSOE. Es uno de los valores más sólidos con los que cuenta el PSOE en Andalucía y en España. Y Paco Vallejo es un hombre excepcionalmente válido. Yo quería poner en este momento a una persona como Martín Soler en su consejería y nada más. No tengo más que decir. Sigo pensando que es una persona de gran capacidad.

-¿Será candidato en 2012?

-Creo que voy a ganar las elecciones de 2012 y que puedo hacerlo como candidato. Pero trabajo por el día a día, para ganarme hoy el día de mañana. Lo que no puedo es estar pensando en aventuras que no corresponden a este momento. Hay que cruzar los puentes cuando se llega al río.

-¿Cree que le pueden salir competidores internos?

-Ojalá salgan muchos, ojalá? Porque eso significará que tenemos un partido fuerte, potente y capacitado. Y los hay, además; los hay. Otra cosa es que yo creo que voy a ser mejor que ellos. [Sonríe]

-Durante algún tiempo no ocultó que estaba en retirada. ¿Qué fue lo que le hizo cambiar de opinión cuando Chaves le habló de darle el relevo?

-Pues mire, lo que más me inclinó a hacerlo fue su propio convencimiento de que yo era la persona más adecuada. Ya le he dicho que con Manuel Chaves comparto todo, pero que cuando compartimos amistad hablamos poco de política. Pero en ese momento sí hablamos de política desde la amistad. Y él sabía que a mí ya no me queda tiempo para hacer algo antes de que me retire, sino que ya me ha obligado a unir mi vida pública a la jubilación. Ésa es una decisión complicada y me resistí, lo tengo que reconocer. Hasta que me convencí de que él estaba convencido de que era la mejor opción y desde ese día me puse la gorra. ¡Y cuando me pongo la gorra es muy difícil quitármela!

-El PP dice que el argumento del dedazo de Mariano Rajoy ahora se vuelve en su contra.

-¿Por qué?

-Por el proceso de designación en ambos casos.

-Cuando todos los órganos apuestan por la misma persona, es muy difícil hablar de dedazo. En el PSOE esto tiene muy pocos precedentes: no recuerdo algo que se haya producido de forma tan unánime y sencilla. Y este partido ha vivido convulsiones internas de tamaño mediano y ha habido terremotos políticos. Es un partido muy crítico y estoy convencido de que habrá gente crítica que piense que podría haber sido de otra manera. Lo que pasa es que mayoritariamente se ha querido así, y se ha resuelto en esos órganos.

-¿Se va a mudar al Palacio de San Telmo cuando esté listo?

-Yo tengo mi casa, con la hipoteca pagada, y me voy a quedar.

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