Domicilio: C/Avda. Reina Mercedes s/n. 41012 Sevilla. Horario: De 12.00 a 17.00 y 20.00 a 24.00 horas. Cierra domingos noche. Teléfono: 955 22 48 09.Precios: Rioja, 2 euros.Blancos, 1,50 euros.
Caña Cruzcampo, 1,00 euro.
La Venta Ruiz, que se encontraba a la salida de Sevilla hacia Cádiz, ha sido un lugar mítico dentro de la hostelería sevillana, calificado en su momento de esplendor por algunos como el mejor restaurante de Sevilla. De él, y de la familia que lo regentó durante décadas, ha quedado el legado de su cocina tradicional en las buenas manos para el perol de Curro Bermejo, él, junto con sus hijos Mercedes, una chica despierta y atenta al negocio, y Curro, llevan adelante desde hace poco más de un año este negocio al que se les ha ocurrido llamar Aquí me quedo.
Sin salir de Heliópolis, que es el entorno natural de esta familia que tiene un corazón con trece barras verdes. Negocio familiar, por tanto, quinta generación, que, como nos dice Curro padre, mantiene el legado de su abuela y de su madre, Angela Ruíz, de quienes aprendió el oficio de los fogones y las recetas que se mantienen en la carta de el nuevo bar.
En la Avenida de Reina Mercedes, casi llegando ya a la glorieta de la fuente y del quiosco La Parada, está Aquí me quedo, incrustado en esa arquitectura que tanto nos evoca perfiles hispano americanos. El local tiene buena barra y salón interior de cómodas mesas, predominando los tonos oscuros, quizás otro tipo de decoración y mobiliario estarían más a tono con la idiosincracia del negocio. Uno de sus mejores activos es la amplísima terraza exterior, ésta si en total armonía con el ambiente, con su suelo de albero, con el marco de los arcos encalados, con las alegres macetas, un privilegio para las noches de verano.
La carta es completita, con sugerencias en pizarra dependiendo de lo que se vea en el mercado. En temporada hay caracoles y cabrillas, y ahora, se hace bastante hincapié en fritos de pescado, siempre fresco del día y hasta que se acabe, como sus calamares, las acedías, los boquerones o la merluza a la romana.
Fuera de carta también están las míticas gambas bechamel de la Venta Ruíz y, en la carta, otra receta que dio fama a aquel establecimiento, sus filetitos a la plancha, que ahora se llama Solomillo Aquí me quedo (2,00/8,50 euros). De todo se sirven tapas y platos, con precios muy ajustados para la cantidad y calidad de las tapas. Y no solo eso, sino también con el valor de mantener recetas tradicionales que van desapareciendo de las cartas y pizarras de Sevilla, como unos magníficos riñones al Jerez (2,00/7,00 euros) cuya salsa ya merece la pena de probar y pedir pan abundante, una verdadera receta de nuestro patrimonio gastronómico, digna de ser protegida y conservada. Espectacular la cola de toro, otro gran clásico, que duda cabe que el activo más importante de esta cocina son sus guisos, una cola de toro espesa, salsa para cantarle, la carne gelatinosa, sabrosa, un espectáculo. Muy buenas también las espinacas con garbanzos (2,00/7,00 euros), estos muy pequeñitos, de Escacena, que se traen solo para esta tapa, cremosa y suave, aunque uno es más de espinacas con las hojas más enteras y un poquito más de especias, están buenas.
Hay más en la carta, tapas frías como una decente ensaladilla (2,00/6,00 euros), pimientos asados con melva, salpicón de langostinos, también los nombrados fritos, carnes, con varias variantes del solomillo, quesos, revueltos y huevos y, por supuesto, los comentados guisos.
De los postres se encarga la mujer de Curro Bermejo, que ya hemos dicho que esto es un negocio familiar, no hay carta fija, así que nos podemos encontrar con un arroz con leche, un flan, unas natillas o cualquier otro postre casero.
Para acompañar las viandas se despachan cañas de Cruzcampo a un eurito. En vinos tenemos un muy decoroso Rioja Crianza Marqués de Mundaris, un Bobal de Valencia, Añacal y el conocido Azabache. En blancos el nueco del Condado de Huelva Habidis, un vino de Rociana fresco y por encima de otras marcas de la comarca y también el Añacal valenciano.
Nos gusta que las sagas familiares de la buena hostelería sevillana se consoliden y perpetúen las esencias de nuestra mejor tradición en tapas.
