Cultura

Cinismo al poder

Sólo la interpretación magistral de Emilio Gutiérrez Caba salva una trama a veces inverosímil.

el 15 mar 2014 / 16:19 h.

Teatro Lope de Vega. Dramaturgia y dirección: Roger Peña Carulla. Interpretación: Emilio Gutiérrez Caba y Eduardo Farelo. ** Cinismo, vanidad y ambición desmedida. Son los rasgos que definen al protagonista de esta obra, un político que Emilio Gutiérrez Caba perfila con au-téntico derroche de talento y dominio. Gracias a su maestría este personaje, que no deja de ser una máscara estereotipada de la imagen que proyecta la clase política en la actualidad, adquiere una dimensión plenamente humana. Y es que Emilio Gutiérrez Caba borda el naturalismo de su interpretación, hasta el punto que desde el principio el público no lo ve a él, sino al personaje que encarna. De ahí que la puesta en escena gire en torno al trabajo actoral y se decante por la sobriedad en cuanto al uso de los elementos formales. No obstante, debemos reconocer que la escenografía consigue recrear una atmósfera inquietante, gracias a la combinación de la calidez que transmite la madera de los muebles antiguos con el equilibrio geométrico del jardín que se adueña del fondo del escenario. Lástima que la dramaturgia ejerza una evidente autocensura situando la acción en un país extranjero. Aunque lo peor es que la historia está repleta de elementos inverosímiles, sobre todo al principio, cuando apunta a denunciar  la corrupción como consecuencia del ejercicio del poder, y por desgracia se queda en un plano bastante superficial. Porque, en realidad, toda esa especie de declaración de intenciones que prima durante la mitad de la obra, no es más que un recurso del que se sirve el autor para centrarse, más que en la corrupción, en la hipocresía y la perversión que puede llegar a implicar el ejercicio de la política. Así, al final la historia registra un giro tan inesperado como impactante, aunque incluso en ese momento la dramaturgia resulta demasiado discursiva y acaba cayendo justo en lo que pretende denunciar: un exceso de cinismo.

  • 1