La compañía Cobre Las Cruces ha roto su silencio y con ataques directos a los ecologistas, que hace unos días denunciaron al complejo minero por arrojar "vertidos contaminantes que llegan hasta el río Guadalquivir". "Es completamente falso que realicen vertidos ilegales al río o a ningún otro punto", zanjó la compañía a través de un comunicado, en el que tachó de "irresponsable" la actitud de Ecologistas en Acción.
Cobre Las Cruces, que explota la mayor mina a cielo abierto de Europa en los municipios de Guillena, Salteras y Gerena, ha negado la realización de vertidos "ilegales", ajustándose "en todos sus términos a las autorizaciones de la administración". Es más, aseguró que el acuífero Niebla-Posadas está sometido a "continuos controles internos y administrativos". En ese sentido, reforzó su posición después de que la Consejería de Medio Ambiente señalara que, a pesar de abrir un expediente sancionador, la calidad de las aguas "no se ha visto afectada y no habido ningún vertido".
La compañía insistió en la limpieza de su gestión y afirmó que el vertido realizado "se ajusta a las autorizaciones recibidas de la administración y está sometido a estrictos controles tanto por la propia empresa como por la autoridad medioambiental".
Cobre Las Cruces confió también en que se resuelva "lo antes posible y de manera satisfactoria para todos" el expediente sancionador e informó de que para la compensación de posibles pérdidas ya se han adquirido derechos de agua a propietarios del entorno por un valor superior a 1,2 millones de metros cúbicos, dentro del área que definió en su día la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Además, explicó que a través del plan global se han propuesto a la administración otras formas adicionales de compensación, como la compensación directa mediante la recarga de otras aguas excedentarias tras su depuración. La compañía admitió que ya se está trabajando en la concreción de estas alternativas.
En este contexto, negó "categóricamente las acusaciones" de Ecologistas en Acción, en las que se aseguraba que la compañía realizaba vertidos contaminantes. "Estas acusaciones se inscriben en la campaña que ese grupo desarrolla contra una empresa comprometida con su entorno y con el estricto cumplimiento de las obligaciones que le corresponden, especialmente en los temas relacionados con el medio ambiente", aseguró la filial de Inmet Mining.
Así, explicó que la administración definió unos parámetros de calidad "más rigurosos" que los que corresponden a aguas de dominio público y que en varios parámetros alcanzan cotas "más exigentes" que las del agua potable.
La compañía criticó el uso "irresponsable" de la palabra contaminación de los ecologistas, "generando una alarma innecesaria" y recordó que en los seis recursos que ha interpuesto Ecologistas en Acción "no se les ha dado la razón en ninguno".
