Los vecinos y comerciantes de la calle Asunción, que han recibido al portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, han mostrado su crispación ante las obras que han tomado la conocida y hasta ahora transitada calle de Los Remedios. Denuncian la falta de información, el vallado de la calzada sin zonas de carga y descarga y el "aislamiento" que sufren, entre otros problemas.
Zoido se ha reunido con los afectados por la peatonalización de la calzada y ha presentado una decena de soluciones a otros tantos "puntos negros" detectados, entre ellos, la "falta de información por parte de los residentes y dueños de comercios, los problemas de aparcamiento; la lejanía de los contenedores de basura; el desconocimiento de las zonas y horarios habilitados para la carga y descarga; y la imposibilidad de que vehículos como ambulancias o bomberos puedan acceder y circular por esta vía en situaciones de emergencia".
Y es que, las reacciones de los vecinos y comerciantes no se ha hecho esperar ante lo que muchos consideran una forma de "aislar y ahogar" la calle, precisamente una de las grandes arterias de Los Remedios. Prácticamente todos coinciden en que "las cosas se están haciendo sin el consenso de los verdaderos afectados" y denuncian que los trabajos no se acometan por fases -como en un principió aseguran que se les indicó-, en lugar de "perjudicar a toda la calle".
Junto a la falta de información sobre el desvío de tráfico y la ausencia de un plan de organización que permita compaginar lo mejor posible las obras con la vida diaria de unos y otros, los vecinos no ocultan su preocupación por el aislamiento que ya empieza a sufrir la zona.
Los comerciantes, por la parte que les toca, están convencidos de que, en plena crisis, ésto no es precisamente lo que mejor les viene.
Aunque algunos prefieren mantenerse a la espectativa porque "aún es demasiado pronto para traducir en cifras las pérdidas de negocio" -como afirman desde el comercio La Jaboteca-, otros, como la tienda Elena Bernal, optan por adelantarse a la jugada y ya han colgado el cartel de 'Liquidación por cierre', a la vista de la que se avecina. Incluso los hay que ya han echado el cierre, como la casa de interiorismo Waldo Escriva, que ha huido antes de ver llegar la piqueta.
En lo que todos coinciden es en las contrariedades que las obras suponen para aparcar o tirar la basura y en que ahora se resentirán aún más las cuentas de sus negocios: "la gente no puede pasear tranquilamente por la calle ni ir de compras, ya que el polvo, el ruido y las vallas invaden toda la calle", destacan.
