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Comienzan las rebajas de la crisis

Como cada verano, el 1 de julio es el día más esperado por muchos consumidores para adquirir ropa y otros complementos a precio de ganga. Sin embargo, la sombra de la crisis hace augurar unas rebajas austeras para los comerciantes, que ya notan la escasez de los bolsillos. Foto: José Manuel Cabello.

el 15 sep 2009 / 07:08 h.

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Como cada verano, el 1 de julio es el día más esperado por muchos consumidores para adquirir ropa y otros complementos a precio de ganga. Sin embargo, la sombra de la crisis hace augurar unas rebajas austeras para los comerciantes, que ya notan la escasez de los bolsillos.

Comienza la cuenta atrás. Por delante dos meses, del 1 de julio al 31 de agosto, para comprar ese trapito o esos zapatos que tanto nos han gustado a la mitad de precio, si puede ser, que así parece que gustan más aún.

Las segundas rebajas del año, las del verano, darán comienzo mañana para los establecimientos sevillanos, que saben que este año no va a ser como otros. La sombra de la crisis planea sobre ellos y, aunque un estudio de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU) afirme que cada español se gastará una media de 155 euros, los comerciantes saben que va a ser difícil hacer negocio.

"La gente tiene menos alegría comprando, así que las previsiones apuntan a que no van a ser unas rebajas muy fuertes", señaló el presidente de la Federación Provincial de Comerciantes de Sevilla (Aprocom), José Cañete.

Los comercios que se pueden ver más afectados por la recesión económica son, precisamente, los que venden productos más económicos. "Los establecimientos de más nivel tendrán menos problemas porque los consumidores que van allí no son los más afectados por la crisis, sino la clase media-baja", explicó Cañete.

La escasez de los bolsillos de los consumidores ya la están notando los comerciantes, algunos incluso, como es el caso de Zapatos Zabol, llegan a afirmar que han bajado las ventas "un 50%", apuntaba uno de los dependientes. Ni siquiera el boom de las rebajas les hace esperanzarse con una remontada. "Habría que vender mucho", dice una de las dependientes de Rikar, dedicada a la ropa de niños y bebés.

Para combatir el efecto, en algunos establecimientos se ha optado por adelantar el período de rebajas con otras fórmulas, como las promociones o las ofertas. De hecho, en muchos escaparates lucían la semana pasada los carteles con la leyenda "50% de descuento", o "20% al comprar unos zapatos y un bolso". Sin embargo, Cañete aseveró que esta fórmula tampoco ha dado los resultados esperados: "No ha tenido aceptación porque la gente está pensando en la hipoteca".

La opinión del presidente de Aprocom se podía corroborar el sábado pasado, pues en el Centro el vaivén de personas no faltaba, pero la gran mayoría de los comercios estaban casi vacíos y la gente paseaba sin bolsas en las manos.

Al único que parecía funcionarle la estrategia era a Blanco, que tenía todo rebajado al 50% y en la tienda no cabía ni un alfiler. En la cola para pagar, que llegaba hasta la planta primera, María, de 18 años, reconocía que había ido "a ver", pero que al final había terminado comprando "porque está todo a muy buen precio". La avanzadilla del sábado no evitará que acuda a las rebajas, pero "por mirar, a ver si hay algo".

La que también parecía que había dado en el clavo era Intimissi, pues el sábado, y sólo el sábado, era posible comprar cualquier sujetador a nueve euros. La tienda, hasta arriba, y en la puerta los señores pacientemente esperando a que sus respectivas lograran el ejemplar codiciado. "Si en Madrid se nota la crisis y han tenido que empezar una semana antes las rebajas, imagínate aquí", decía una de las dependientas que se afanaba por reponer y colocar el material.

Flojita, muy flojita va a estar la cosa, porque la mayoría de los compradores reconocía, como Antonia y Carmen, que "vendremos a ver, pero no a comprar por comprar. De hecho, estamos matando el tiempo porque aquí estamos más fresquitas".

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