Con la llegada de las calores, también se abre la veda del riesgo de apagones o cortes de luz. Las compañías eléctricas se preparan a conciencia para este examen de todos los veranos, en los que se localizan dos periodos más sensibles: finales de junio y principio de julio y los primeros días de septiembre.
Según las condiciones climatológicas de cada verano, es necesario hacer un análisis pormenorizado y estimar incalculables hipótesis para comprobar cómo responderá la red que transporta la energía desde las plantas en las que se genera hasta los centros de distribución, que son los que llevan la electricidad a cada uno de los hogares. El único objetivo, evitar apagones o cortes de suministro.
Este año el verano apunta a que será más intenso -en términos de temperatura- de lo que se comportó el año pasado. Traducido a efectos sobre la red, significa que Red Eléctrica de España (REE), empresa que gestiona la red de transporte, ha barajado para esta época la posibilidad de que en Andalucía se alcance una punta de demanda (esto es, el pico máximo de consumo eléctrico) de 6.546 megavatios (Mw), lo que supone un incremento del 9,5% sobre el máximo alcanzado en el verano de 2006, ya que el año pasado este periodo se caracterizó por ser bastante "suave" y no se superó esa punta.
El delegado de REE en Andalucía y Extremadura, Antonio Lucio-Villegas, explica que "si el calor es fuerte, vamos a absorber el crecimiento que hubiera registrado 2007 más el de este año", aunque de momento tanto la comunidad andaluza como el resto de España están "aún lejos" de alcanzar este techo de demanda, que en el conjunto nacional se prevé pueda llegar los 43.500 Mw frente a los 39.470 Mw del verano pasado.
Aun así, se alcance o no, REE tiene la responsabilidad de trabajar con el peor escenario posible: altas temperaturas, mucho consumo por los aires acondicionados y fallos en la red. De esto se encarga un programa informático, que elabora innumerables posibilidades de imprevistos y de condicionantes. Se analiza todo al detalle para tener resueltos los problemas antes de que surjan.
"Se hacen estudios del comportamiento de la red que está en servicio y de las centrales eléctricas que están previstas que funcionen. El objetivo es comprobar que ninguna línea ni transformador se sobrecarga y que los niveles de tensión sean los adecuados". Así se simulan fallos y se adoptan las medidas necesarias.
En el caso de Sevilla, Lucio-Villegas, precisa que los momentos que pueden presentar más problemas coinciden con el final del mes de junio y comienzos de julio y con los primeros días de septiembre. La explicación es sencilla. Durante esos periodos la actividad industrial -y de la mayoría de hogares- es la misma que durante el resto del año. En agosto, las vacaciones de muchos hacen que los problemas de sobrecarga se trasladen a las zonas costeras.
Cada año, las eléctricas invierten en las instalaciones para evitar estos episodios y mejorar la red. Lucio-Villegas recordó que las actuaciones más inminentes que afrontará REE serán la subestación de Carmona, para cerrar el "anillo" de Sevilla, y otra en Casaquemada (Sanlúcar) para evacuar la energía de los parques solares de Abengoa.
