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Cómo ganar al equipo de tu hijo

Míchel se reencuentra este jueves con Adrián en un partido casi agónico tanto para el Sevilla como para el Racing.

el 20 mar 2012 / 22:34 h.

Míchel y Adrián, con el Getafe.

El partido de El Sardinero, tópicos al margen, es de vital importancia. El Sevilla necesita ganar si quiere reducir distancias y meterse de lleno en la lucha por los puestos de competición continental. Pero no lo va a tener fácil. Enfrente estará un Racing situado en zona de descenso que tampoco puede fallar. El margen de error se ha reducido mucho y un nuevo tropiezo podría ser determinante. Por si todo esto fuera poco, el choque tendrá un aliciente añadido: el reencuentro de Míchel con Adrián González. Su hijo, para más señas.

Ganar al equipo de tu hijo no debe ser fácil en estas circunstancias. Tampoco derrotar al de tu padre si, como es el caso, se juega buena parte de sus opciones de éxito. Pero tanto Míchel como Adrián han dejado siempre claro que la profesionalidad está por encima de todo cuando hay un balón por medio.

"En cierta manera, estoy cansado de ser ‘el hijo de Míchel', aunque en realidad voy a seguir siéndolo toda la vida. Cuando se habla de mí, se utiliza esa expresión. Lo tengo asumido, para lo bueno y para lo malo. Pero todo esto me ha marcado para bien. De mi padre he aprendido mucho y estoy orgulloso de ser quien soy. Me hacen gracia las cosas que se dicen sobre mí. La mayoría de ellas son mentira y yo me lo tomo todo con mucha filosofía y casi a cachondeo. Son cosas que he tenido que escuchar desde que tenía 10 años. Vas a un campo y ves cómo los padres de los chavales del equipo contrario ya te están diciendo cosas. Eso te va marcando y te va haciendo como persona, más que como futbolista", explicó Adrián González hace algún tiempo.

El futbolista del Racing no quiso hablar en el día de ayer sobre el reencuentro con Míchel. Lo hará hoy.

Adrián, que puede jugar tanto por la izquierda como en la mediapunta, estuvo diez años en la cantera del Real Madrid y jugó en el Castilla (2006/07), con su padre en banquillo. Posteriormente, fue cedido al Celta y en el mercado de invierno de esa misma temporada se marchó al Nástic. De allí, al Getafe, donde estuvo dos años, el segundo de ellos con Míchel como técnico, disputando 25 partidos de Liga y contribuyendo a lograr la clasificación para la Copa de la UEFA. Sin embargo, pese a tener contrato en vigor, el Getafe decidió rescindir su contrato en 2010 y se fue al Racing con la carta de libertad. Allí cumple actualmente su segunda temporada.

IDEAS CLARAS. "Jamás he tenido ninguna duda de que tanto si jugaba como no, dependía de mis merecimientos y de la necesidad que el equipo tuviera de mí. Sobre esto tengo una seguridad absoluta. A mi padre le gusta mucho ganar. A mí también, claro. Pero él no puede perder. Se nota que ha pasado por el Madrid. Y hay una cosa muy clara: él no pondría en peligro su puesto de trabajo por intentar favorecer a alguien. Eso no sería bueno ni para él ni para mí", recalca Adrián.

Y es que no debe ser fácil tener un padre que, además de ser internacional, fue estrella del Real Madrid, con el que conquistó 6 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 2 Copas de la UEFA y 1 Copa de la Liga. "Me alegro por la contratación de mi hijo y espero que se le valore por lo buen futbolista que es y no por ser hijo mío", comentó Míchel cuando Adrián firmó por el Racing. Incluso, llegó a decir que "le echaron por ser mi hijo, eso está claro". Ahora, ambos se enfrentan por tercera vez, tras haberlo hecho la pasada campaña, con una victoria para cada uno. Un día, sin duda, señalado.

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