En su origen, el traje de flamenca era el atuendo de las mujeres de los tratantes que acudían a la feria de ganado a negociar. Las claves estaban claras, este atuendo realzaba el cuerpo de la mujer y además le imprimía un garbo que no se lograba con las ropas que llegaban del exterior.
El traje de flamenca ha evolucionado con el paso de los años, de la tosquedad de las primeras telas, se ha pasado a un estilo mucho más cuidado, con escote de pico, bien redondo o cuadrado, pelo recogido en moño y los indispensables complementos, flores de pelo, collares, pendientes o mantones de Manila.
Trajes de todo tipo luciran las sevillanas por el Real, destacan los trajes entallados, de colores vivos, de tirantas o manga larga. Se sigue llevando el corte tradicional, aunque han aumentado considerablemente los trajes por la rodilla, eso sí, sin dejar de un lado los clásicos complementos.
