Elena Verdejo, de 83 años, y Laura Suárez, de 27, son el mejor ejemplo de personas de distinas generaciones que viven en un mismo techo. Esta convivencia es el resultado de una apuesta que emprendió La Rinconada a final de año: ofrecer 51 viviendas en alquiler compartidas entre jóvenes y mayores.
Elena está viviendo su segunda juventud. A sus 83 años está comprobando que compartir piso con jóvenes que comienzan a independizarse no es solo posible sino muy gratificante. Ella es una de las inquilinas de los 51 estudios de alquiler en Vereda de Chapatales, que Soderinsa Veintiuno entregó en diciembre de 2008. La experiencia, pionera en el campo de la vivienda pública, empieza a calar entre los rinconeros.
"Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida porque tengo un espíritu muy joven y me gusta mucho relacionarme con la gente", explica Elena. Antes, recuerda que vivía en un segundo al que le costaba mucho subir y bajar todos los días las escaleras. "Además, tenía muchas habitaciones que no usaba y que tenía que limpiar", añade. Esta mujer admite que al principio las dos tuvieron que hacer un esfuerzo por adaptarse, aunque ahora presume de vivir en un lugar del que no quiere irse para nada.
En el otro lado de la balanza está Laura Suárez, una Trabajadora Social de 27 años que decidió también irse a vivir allí, aunque por motivos diferentes. "Necesitaba disfrutar de la indcependencia ya y vi en estos estudios una gran oportunidad, ya que me dan la posibilidad de ahorrar y optar a la compra de futuras promociones de viviendas de protección oficial en cinco años", explica. Y es que el precio del alquiler, quye ronda los 120 euros, unido la posibilidad de adquirir en un futuro piso fueron los motivos que la impulsaron a solicitar los estudios.
Al igual que a Elena, le parece muy positivo que convivan personas que están iniciando su vida adulta con otras que son más mayores ya que "aprendemos mucho los unos de los otros". Así pues, los estudios, que tienen en torno a 40 metros cuadrados, han sido diseñados de manera que se aprovecha al máximo todo el espacio disponible mediante la inclusión de una puerta corredera a modo de tabique que separa la habitación de la cocina. Asimismo, tiene la cocina completa, un baño, salón, dormitorio y zonas comunes como la lavandería, la azotea y una sala de descanso.
Los 51 apartamentos de Vereda de Chapatales constituyen una experiencia inédita en la provincia. La iniciativa está pensada en eliminar la brecha existente en el acceso de los jóvenes a una vivienda y, además, facilitar la convivencia entre generaciones
