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Comprometamos a nuestros eurodiputados

Entre el 4 y el 7 de junio más de 300 millones de europeos estamos convocados a las elecciones al Parlamento europeo. Lo hacemos en una crisis económica que también lo es de valores y de confianza, y donde la Unión Europea no se está caracterizando precisamente...

el 16 sep 2009 / 03:17 h.

Entre el 4 y el 7 de junio más de 300 millones de europeos estamos convocados a las elecciones al Parlamento europeo. Lo hacemos en una crisis económica que también lo es de valores y de confianza, y donde la Unión Europea no se está caracterizando precisamente por actuar unida frente a la crisis, ni por intentar cambiar las reglas de juego que nos han llevado a ella. Una circunstancia que percibe claramente la inmensa mayoría de los europeos y que puede llevar a que las ya normalmente bajas tasas de participación en estas elecciones, sean aún menores en esta convocatoria. Es lógico que se produzca ese desinterés como muestra de disconformidad por las vacilaciones en la construcción política de Europa más allá de la construcción económica que ha llevado al Europarlamento y a las demás instituciones europeas a favorecer los intereses corporativos frente a los de los ciudadanos. Pero esa desafección ciudadana nos debe preocupar enormemente porque cada vez son más los asuntos que nos atañen que son decididos a nivel supranacional. El simple hecho de votar sigue siendo nuestro principal instrumento para participar en la vida política y en la toma de decisiones que afectan nuestro bienestar presente y futuro, pero no es el único y, quizá mucho más, en esta ocasión. Es también muy importante que no nos limitemos a votar y a desentendernos luego de nuestro voto sino que exijamos de modo activo a nuestros representantes que trabajen por dar un giro radical a la política social y económica de la UE. Para ello, cuatro redes civiles pan-europeas que agrupan a más de 400 movimientos sociales de todo tipo han comenzado la campaña Comprometamos a nuestros eurodiputados.

Las campañas electorales son periodos mágicos, con medidas y promesas que en muchos casos hasta parecen sacadas de una chistera. Para que no juguemos a espectadores de magos sino a ciudadanos responsables, se ha habilitado una página multilingüe www.electioncampaign.eu, por la que los votantes de cada país pueden hacer llegar sus peticiones individualmente a sus candidatos al Europarlamento, y posteriormente poder seguir el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por éstos durante la campaña y evitar así que los diputados de un signo político voten con los de signo opuesto la mayor parte de las iniciativas del Europarlamento.

Esta iniciativa no es ajena a la toma de conciencia colectiva que hemos adquirido con la actual crisis económica y de valores, al comprender que no es el resultado de circunstancias desafortunadas de actores individuales sino que tiene raíces sistémicas relacionadas con la fe ciega en el mercado o la inexistencia de un adecuado control público sobre las finanzas que también ha brillado por su ausencia en el seno de la Unión permitiendo, entre otras cosas, el funcionamiento de los paraísos fiscales, o el mantenimiento de reglas de juego que han permitido un aumento de la desigualdad, así como el sistema de comercio injusto que empobrece a millones de personas de los países más atrasados. La ciberacción no es solo una nueva palabreja. Es una forma de hacer que nuestros representantes se comprometan de verdad con sus electores y de pedirles cuentas cuando no lo hagan. Algo cada vez más imprescindible para que las democracias no se limiten a ser un mero recuento de votos sino la aplicación política efectiva de los deseos mayoritarios de los ciudadanos, algo que no ha pasado en Europa y que tenemos que procurar que ocurra en el futuro.

Vicerrectora de Postgrado de la Olavide

lgalvez@upo.es

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