Cultura

Comunicado íntegro

el 27 nov 2009 / 12:11 h.

El Museo del Baile Flamenco representó una inversión de 5.5 millones de Euros, financiada y avalada por Cristina Hoyos. Para su creación, inversión y puesta en marcha, la Unión Europea ha apoyado este proyecto con una subvención superior a 800.000 Euros , que han sido canalizados por las Consejerías de Innovación y la de Turismo. El resto ha sido completamente financiado por Cristina Hoyos. Ninguna Consejería del Gobierno andaluz aportó directamente subvenciones o dineros al proyecto del Museo del Baile Flamenco, es decir, el mbf no ha sido financiado con el dinero de los andaluces, como se afirma erróneamente en diferentes medios y partidos políticos. Han sido los fondos europeos los que han aportado la ayuda al proyecto. Aparte, el Ayuntamiento de Sevilla aportó unos 100.000 Euros por el mismo concepto.

 

Las demás subvenciones del Ministerio de Cultura, de la Dirección General de los Museos y del mismo Ayuntamiento estaban vinculadas a proyectos culturales, educativos, de investigación realizados por el mbf. Estas subvenciones no iban destinadas ni a las inversiones ni a los equipamientos del propio Museo, ni a la financiación de la gestión y operación diaria del mismo.

Trajana Producciones no ha recibido subvenciones y mucho menos subvenciones dirigidas al Museo del Baile Flamenco. Renunció en su momento a la recepción de una subvención ya que el proyecto no se pudo realizar en los plazos de tiempos preestablecidos.

Además, Cristina Hoyos aportó (aparte de la primera inversión), mas de 600.000 euros de su bolsillo en los primeros 3 años de actividad del Museo para equilibrar las pérdidas de este y estabilizar de esta forma su funcionamiento. Es decir, a Cristina Hoyos, y hasta el momento, el proyecto (considerando los costes financieros, la refinanciación de las pérdidas etc.)le ha costado 5,3 millones de euros.

El mbf es un museo privado y forma parte de las industrias culturales que se costea mediante la venta de sus entradas y otras actividades. Mientras que los museos públicos reciben su financiación con el dinero público, los museos privados no tienen estas fuentes. Es decir, los andaluces financian parte de las entradas de los museos públicos. No siendo este el caso de los museos privados. Por tanto, pueden (y deben) vender las entradas a bajo coste, al igual que los centros de culturales de las Cajas que se alimentan del dinero que los clientes han dejado en ellas. Por ello, sería absurdo y no se debería comparar la gestión de museos privados (con sus costes) con la gestión de museos públicos o de las Cajas. Son modelos económicos y sociales diferentes y una sociedad como la andaluza, que aboga por las famosas industrias culturales debería reconocer esta diferencia.

Al inicio del proyecto, el por aquel entonces delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Marset, prometió apoyar la inversión y puesta en marcha del proyecto con 100.000 euros anuales, durante tres años. De esta promesa, el Ayuntamiento materializó una aportación de 100.000 euros por el mismo concepto. Al mismo tiempo (y cosa que nos alegra) el Teatro de Salvador Távora y el Teatro de la Imperdible recibieron unos 300.000 euros, este último, además, el usufructo de un edificio.

En términos absolutos, el mbf es el que ha recibido una menor cantidad dentro de los grandes proyectos privados culturales de Sevilla. En términos relativos (correlacionando inversión y subvención), las iniciativas de Távora y de la Imperdible (cosa que nos alegra) han recibido una subvención de 12 a 16 veces superior a la del Museo del Baile Flamenco. El grado de interés del Ayuntamiento del Sevilla no solo se refleja en el tratamiento económico, sino también en la consideración personal de la Delegada de Cultura y de la Directora del ICAS hacia el mbf.

Siendo el Museo del Baile Flamenco la inversión privada más grande que jamás se ha hecho en cultura en Sevilla, durante los tres años del funcionamiento del mismo, las responsables de la Cultura de la ciudad nunca visitaron el Museo, lo desconocen. Este aparente desinterés contrarresta las declaraciones públicas de la propia Maribel Montaño con el interés que demuestran personajes como la presidenta de Filipinas o del ministro de la Educación Nacional Francesa y portavoz del Gobierno Francés, Luc Chatel, que en su visita oficial a España (la primera) y en su visita privada a nuestra ciudad, pidieron expresamente incluir en su programa la visita al mbf.

En este sentido, y es solo un detalle, el mbf no figura en los mapas del centro de la ciudad, montados sobre postes en las plazas públicas en 2009, que señalan los hitos turísticos, monumentos y museos del Centro, financiados por Sevilla Global, empresa pública del Ayuntamiento.

El crecimiento del museo en los primeros años fue lento. Incluso en los años de crisis, especialmente en el 2009, hubo un crecimiento positivo en relación a los visitantes. Es decir, el Museo estaba evolucionando dentro de un mercado turístico decreciente. Aún así, este crecimiento iba demasiado lento como para llevar al museo al nivel umbral económico deseado, es decir al nivel de la autosostenibilidad. Por ello, ya en el 2007, y cuando era previsible la crisis actual del proyecto, los responsables del Museo anunciaron estos problemas, posteriormente se reunieron con Maribel Montaño en dos ocasiones en 2008 y nuevamente en la primavera del 2009 para avisar sobre la situación del Museo y pedir apoyos. En todas estas ocasiones los responsables del ICAS remitieron a los responsables del Museo a los programas de subvenciones del Ayuntamiento.

Estos programas, como los de la Junta etc. vinculan las subvenciones a programas (culturales) concretos, pero no solventan ni apoyan a proyectos culturales ya creados y con necesidades (financieras) diferentes.

Desviar la petición por ayuda a subvenciones es eludir una toma de postura política. Si hay voluntad política, hay salidas, como se demostró en el apoyo que el Ayuntamiento dio al desfile del Orgullo Gay, que fue cofinanciado con 100.000.-€ por parte del Ayuntamiento como decisión directa del alcalde.

Desde la primavera del 2009, el Museo viene planteando la situación incluso también a los responsables de Turismo y Cultura del Gobierno Andaluz, por último, en una reunión con Rosa Torres y Luciano Alonso en el mes de Septiembre del 2009.

Las negociaciones y búsqueda de salidas en la Junta tampoco tuvieron resultados, entendiendo como ‘búsqueda de salida' no solamente como ‘búsqueda de dinero', sino la búsqueda de líneas de refinanciación, créditos puente, apoyo en la comunicación del Museo etc. Por tanto, a finales de Octubre del 2009 quedó ya patente, que tanto el Gobierno de Andalucía como el Ayuntamiento no podían acudir en la ayuda a sobrevivir el Museo.

Durante estos meses, Cristina Hoyos ya no tenía más medios propios para seguir financiando el proyecto, y estaba arruinada. Hasta ese momento, el equipo del Museo llevó a cabo todas estas negaciones con la más absoluta discreción, hasta, que con la ausencia del mbf en la Noche Larga de los Museos quedó patente la difícil situación del mismo. Para evitar que el banco ejecute, por el impago de las cuotas mensuales de los préstamos, la propiedad y vivienda de la propia Cristina Hoyos, esta tuvo que reaccionar, y más allá de la búsqueda de ayuda administrativa, se fue a la búsqueda de socios, la venta del museo, como tal, o la venta del edificio entre otros. Lógicamente, lo ideal para Cristina Hoyos sería encontrar una entidad con interés en seguir con el Museo.

El Museo del Baile Flamenco ha sido y es la inversión privada más grande en cultura que jamás se ha hecho en la ciudad, arriesgando Cristina Hoyos todo su patrimonio e hipotecando su vejez. Ha sido un regalo para esta ciudad por valor de 5.5 mio. de Euros, al que los propios Sevillanos han aportado un 1,82 % de la inversión.

Este proyecto ha evolucionado como referente del turismo cultural de la ciudad, de la propia vida cultural de Sevilla, como el lanzamiento de la Noche Larga de los Museos, exposiciones, sus proyectos sociales y pedagógicos, su editorial, .... una gran parte de los esfuerzos del equipo del Museo se concentró en labores sociales y pedagógicas, recibiendo personas desfavorecidas o con minusvalías (niños con síndrome de Down, de las Tres Mil Viviendas, inmigrantes...), investigando los aspectos terapéuticos del flamenco y se perfiló con una actividad de responsabilidad social que se desconoce en los demás museos privados de la ciudad.

Se recomienda al museo en las guías de viaje de más relevancia de habla inglesa, francesa, alemana, era el primer museo que ofrece sus contenidos y explicaciones en seis idiomas tanto escritos como locutados, y que incluye el japonés y el chino por primera vez. Sin embargo, aparte del patente desinterés de las autoridades municipales y autonómicas, el proyecto, ha recibido y está recibiendo un hostigamiento sin perdón por la mayoría de los medios locales y por parte de la oposición parlamentaria actual. Primeramente, se le ataca a Cristina Hoyos y por extensión al Museo, habiéndolo creado, a cero costes para los Andaluces, y ahora, cuando Cristina Hoyos está agotada tanto económica como anímicamente y se decide en salvar lo que buenamente pueda, decidiendo incluso si fuera necesario el abandono del proyecto, vuelven a aparecer los mismos críticos, no para animarla a seguir luchando, sino para reprocharle el que deje un proyecto, cuya puesta en marcha nunca le perdonaron.

Ante este tratamiento y desde una perspectiva más internacional, desde el Museo del Baile Flamenco expresamos nuestra mas absoluta perplejidad e incomprensión de cómo se trata en Sevilla un proyecto privado de esta magnitud cultural, social y económica.

Se darán los detalles y cifras exactas de las inversiones en una rueda de prensa que se convocará a nuestra llegada a Sevilla.

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