"Dije: 'esta parte, la de arriba, está bien, pero no el resto", ha explicado Kimberley Vlaeminck, de la ciudad de Kortrijk, a unos 90 kilómetros al noroeste de Bruselas, a la emisora belga VRT. La joven de 18 años comentó que se quedó dormida y se despertó dolorida cuando le estaban tatuando la nariz.
Un portavoz de la oficina del fiscal de Kortrijk ha agregado que la policía está investigando la queja de la adolescente.
El artista tatuador ha indicado que Vlaeminck había aceptado las 56 estrellas.
"Ella aceptó, pero cuando su padre las vio, comenzaron los problemas", ha dicho el tatuador, citado por el diario belga Het Laatste Nieuws.
La joven no quiere salir de su casa debido a su aspecto, y ahora espera una cirugía laser para recuperar su antiguo rostro. Al parecer, el exceso cometido por el tatuador se debió a un malentendido, ya que el profesional es de origen rumano, y especulan con que puede haber confundido la cifra.