Faltan horas para el partido más importante de la temporada en el Betis y Manuel Ruiz de Lopera eligió la víspera para reaparecer tras cuatro meses en silencio. El máximo accionista visitó Montecastillo y dijo que daría "la vida" por salvar al equipo, pero también advirtió que él ha hecho "lo máximo". Y a partir de ahora, los responsables son otros.
Veinte minutos después de las cinco de la tarde, Manuel Ruiz de Lopera se bajaba del coche y entraba en el hotel Montecastillo, donde su Betis, el Betis de los béticos, intenta pensar en la mejor manera posible de vencer mañana al Valladolid y asegurar la supervivencia del club en Primera División. El máximo responsable de todo lo que se realiza en la entidad verdiblanca, con un aspecto muy mejorado respecto a sus últimas apariciones, se reunió con la plantilla y, como es costumbre en la casa, la motivó con sus peculiares incentivos pecuniarios. Después de despachar con sus futbolistas y con el entrenador, Lopera abandonó la instalación y regresó a Sevilla, pero antes dejó un par de comentarios sobre la actualidad de su equipo, tan inquietante como incierta.
El trasfondo del mensaje de Lopera es que él ha hecho todo lo posible por evitar el sufrimiento al que se ha visto abocado el equipo. Y más que todo lo posible, que ha hecho "todo lo que han pedido los béticos". "He estado animando a los jugadores. ¿Qué les puedo decir a los béticos? Que yo he hecho todo lo que me han pedido. Nosotros hemos traído al entrenador que todos querían, al que también quería la prensa, y hemos traído a todos los jugadores que nos han pedido. Hemos hecho lo máximo", indicó el dueño del Betis, que de todas formas intentó transmitir una visión optimista de este trance:"Los jugadores van a dar lo máximo. Yo los he visto muy animados, muy fuertes, y se van a dejar toda su sangre en el campo", auguró.
Y hablando de sangre y otros llamamientos a lo épico, Lopera confesó que estaría dispuesto a todo con tal de que el Betis continúe en la división de honor. "Yo daría mi vida, porque lo he estado dando todo por el Betis". Se le preguntó entonces si cabía la posibilidad de que vuelva al palco ahora que el Betis pone en juego su futuro. Su respuesta fue tajante. Y negativa. "No, porque no me lo recomienda el médico por la ansiedad". En todo caso, el presidente perpetuo pidió a los béticos "que tengan mucha tranquilidad". "Vamos a dar el callo, como hemos hecho durante dieciocho años", sentenció.
noguès, mentalizado. El día fue pródigo en declaraciones de los principales rectores del Betis. El futbolístico, que no es otro que el técnico, había hablado por la mañana para recalcar que el balón dirá lo que tenga que decir, pero que el trabajo previo va a las mil maravillas. "Estamos todos muy mentalizados", dijo Josep Maria Noguès, que se congratuló por la respuesta del beticismo, protagonista de grandes colas en el estadio ya desde el jueves: "Tenemos que aprovechar el tirón de la afición, que va a llenar el estadio. Los vimos sacando las entradas y eso pone la piel de gallina y ayuda a que el futbolista salga a darlo todo. Claro que ayuda jugar en casa, no tengo ninguna duda", reiteró.
El ejercicio psicológico, por lo que se deduce de sus palabras y de sus entrenamientos, está teniendo más peso que el futbolístico: "De nada serviría que el jugador llegara con ansiedad y miedo", comentó el catalán, que ya ha visionado el partido ideal: "A nosotros no se nos pasa por la cabeza que el Valladolid se pueda adelantar, pero en el fútbol se puede dar todo. Si se diera, tendríamos que seguir trabajando con el apoyo de la afición para darle la vuelta al marcador. Estamos trabajando para que el resultado se nos ponga a favor a nosotros antes del minuto 20, pero si no es así, no pasa nada".
Y por supuesto ratificó su confianza en que la jornada no sea tan negra como la anterior: "Tengo fe en que el Racing en su casa se va a hacer fuerte en casa, tengo fe en que el Real Madrid no va a perder en Pamplona y tengo fe en el Recreativo", sentenció el entrenador del Betis.
