La Audiencia de Sevilla ha condenado a 18 meses de cárcel a una vecina de Morón de la Frontera (Sevilla) que estafó a una anciana tía, de la que consiguió que le traspasase la propiedad de su vivienda y que le entregase 20.000 euros para comprar otro piso.
La sentencia de la Sección Séptima, a la que ha tenido acceso Efe, explica que anciana R.H.C., de 85 años y analfabeta funcional, pasó la Navidad del año 2003-2004 con su sobrina J.G.H. y cuando murió su marido, el 8 de enero de 2004, decidió trasladarse a una residencia de ancianos.
La acusada J.G.H., de 56 años, "con ánimo de enriquecimiento injusto", convenció a su tía de que se quedara con ella y firmara un documento por el que "se comprometía a abonarle 60 euros diarios por cuidarla", según la sentencia que fue alcanzada por conformidad de la procesada.
Además, con el mismo ánimo de enriquecimiento injusto, la acusada convenció a su tía de que comprara un piso contiguo al suyo, para lo que la anciana le entregó 30.000 euros.
La procesada compró finalmente el piso por 20.000 euros, aunque lo inscribió a su propio nombre.
De la misma manera, consiguió que el 6 de octubre de 2005 la anciana firmara una escritura pública en la que, "sin ser consciente de ello, trasmitía la nuda propiedad" del piso que había compartido con su esposo, ubicado en Sevilla, a la acusada.
Por dicha operación la anciana no percibió ninguna cantidad, aunque en la escritura se hizo constar que había recibido 46.627 euros, precisa la sentencia.
Dicen los jueces que la anciana, de 85 años cuando ocurrieron los hechos, "no comprendía ni era consciente de aquellas operaciones" y la imputada se sirvió de su "analfabetismo funcional", pues la víctima no sabía leer ni escribir, aunque era capaz de firmar.
La condena por un delito de estafa se ha producido por conformidad de la acusada, después de devolver a su tía 12.000 euros y con la orden judicial de que el Registro de la Propiedad anule la transmisión del piso de la anciana.
La procesada ha sido condenada a 18 meses de cárcel y multa de 720 euros, en una sentencia que recoge como agravantes la "especial gravedad atendiendo al valor de la defraudación", la "situación en que deja a la víctima" y el "abuso de las relaciones personales", y como atenuante la de reparación del daño causado.
