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Condenado a cinco años de cárcel por abusar de la hija menor de su esposa durante cuatro años

el 09 dic 2011 / 17:35 h.

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La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha condenado a cinco  años de cárcel y al pago de una indemnización de 30.000 euros a un  hombre por abusar sexualmente de la hija menor de edad de su esposa  durante cuatro años, dándose la circunstancia de que la víctima, ante  el "temor" que sentía por la actitud del acusado, llegó a dormir con  un cuchillo debajo de la cama.  

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el  Supremo relata que el 9 de julio de 1999 el acusado contrajo  matrimonio con la madre de la víctima --de nueve años-- y todos ellos  se trasladaron a vivir a Los Palacios y Villafranca, donde,  "aprovechando los numerosos momentos en que se encontraba a solas con  la niña y el ascendiente que sobre ella tenía por la relación cuasi  paternal que les unía, comenzó a someterla a diversas prácticas  sexuales para satisfacer sus deseos libidinosos".  

En este sentido, señala que la menor no opuso resistencia "por el  temor que le inspiraba" el imputado, quien le llegó a advertir "de  que algo podía pasar si se lo contaba a su madre, todo lo cual la  determinaba a consentir lo que el acusado le hacía"; esta situación  de "temor" provocó que la víctima durmiera con un cuchillo guardado  debajo de la cama "al poco tiempo de producirse" los hechos.  

De esta manera, y hasta el nacimiento en 2003 del hermano de la  víctima, el acusado aprovechó las ausencias de su esposa para abordar  a la menor cuando se hallaba tendida en el cuarto de baño, el sofá  del salón de la vivienda o en el colchón que allí instalaban, lo que  se produjo "en numerosas ocasiones, a veces hasta dos veces por  semana y muy especialmente los sábados por la mañana y con mayor  frecuencia durante los periodos de vacaciones escolares, coincidentes  con las laborales" del procesado.  

"CLIMA DE MIEDO Y TENSION"

Asimismo, y cuando la menor se encontraba durmiendo en su  habitación, el acusado aprovechaba para entrar y acostarse sin ropa  interior junto a ella. A consecuencia de estos hechos, la víctima  sufrió un cuadro de trastorno por estrés postraumático para cuya  curación ha precisado de asistencia terapéutica y psicológica,  recibiendo el alta en 2009.   

El Supremo considera probado que el acusado llevó a cabo los  distintos actos de contenido sexual "en un contexto intimidatorio, un  clima de miedo y tensión en la víctima que la llevó a dormir con un  cuchillo bajo la cama por miedo a nuevos acercamientos del  procesado".  

Por estos hechos, el Supremo condena al acusado a cinco años de  prisión por un delito continuado de agresiones sexuales con la  atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, así como a la  prohibición de acercarse a la menor durante otros cinco años y al  pago de una indemnización de 30.000 euros por daños morales.  

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