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Congreso PSOE: un gran error

Fue un error haber convocado el Congreso de los socialistas con tanta precipitación. Estas son mis razones...

el 29 ene 2012 / 16:36 h.

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Fue un error haber convocado el Congreso de los socialistas con tanta precipitación. Estas son mis razones para afirmar lo anterior:
1.- Tras los congresos provinciales para elegir delegados, las informaciones de prensa nos dicen que el empate técnico entre Chacón y Rubalcaba parece ser la tónica dominante; aunque uno y otro candidato se aprestan a reclamar la victoria para ellos, lo cierto es que parece que el Congreso se presenta abierto y que puede ganar cualquiera de los dos. Ya se verá quién gana cuando se celebre la cumbre socialista y, sobre todo, se sabrá por cuánto ganará el que venza. El PSOE no puede permitirse el lujo de salir del Congreso de Sevilla con un secretario general elegido por la mitad de los delegados; esa puede ser la mejor estrategia para un líder que desee mantenerse en su puesto, lo que pasa por defender las posiciones de la mitad más uno de sus afiliados, pero que no suele tener correlación directa con los intereses de sus potenciales electores, creando así una barrera infranqueable hacia la victoria más allá de tomar posiciones populistas ajenas a las necesidades del conjunto del país.

2.- Antes que correr ese riesgo, por mucho que se intente después revestir con mensajes y propuestas de unidad en la composición de la Comisión Ejecutiva Federal, sería necesaria una profunda reflexión de los dos candidatos y de los equipos que les acompañan para que piensen en el partido y no sólo en sus intereses, por muy legítimos que resulten. Algunos dijimos, cuando Pérez Rubalcaba fue propuesto para candidato a la presidencia del Gobierno de España, que no aceptara la nominación si la misma no iba acompañada de la Secretaría General del PSOE. Sus razones tendría para haber aceptado en las condiciones en que lo hizo. Todo el mundo, incluido el candidato, sabía que el PSOE iba a perder las elecciones. Algunos advertimos que aceptar la nominación en esas circunstancias podría dar lugar a que Rubalcaba se convirtiera en un candidato clínex de usar y tirar. Por el camino que llevan los acontecimientos, sospecho que no nos equivocábamos los pocos que hicimos esa profecía. En el mes de noviembre pasado, Rubalcaba era el líder indiscutible del socialismo español; todas las federaciones se lo disputaban para que acudiera a sus actos electorales y la mayoría de ellas hacían esfuerzos para disimular la negativa a que José Luis Rodríguez Zapatero apareciera en campaña. Dos meses después, Zapatero está amortizado y Rubalcaba anda de federación en federación pidiendo el voto de los delegados para que lo elijan como líder del PSOE. Algunos ya han olvidado que dos meses antes le aclamaban como tal. Si Alfredo pierde estas elecciones internas, en el plazo de tres meses, los socialistas españoles habremos devorado a dos de sus figuras más significativas sin siquiera haber pestañeado. Ninguna victoria electoral futura vale tanto como la dignidad de las personas que tienen su alma y su corazón; si para ganar unas elecciones necesitamos destrozarnos entre nosotros, mejor dedicarse a otra cosa o militar en cualquier otro partido que no tenga la palabra solidaridad entre sus divisas.

3.- Para evitar semejante espectáculo sólo se me ocurre decir que, o se retira Carmen Chacón para dejar el camino libre a Rubalcaba, que no se merece ser un clínex, o se retiran los dos para que el Congreso no tenga más remedio que nombrar una Comisión Gestora que organice, con tiempo suficiente, una nueva cita donde, provistos de un buen programa alternativo al del PP, elijamos a un secretario general por amplia mayoría que represente las esencias de lo que quiere ser el PSOE en esta nueva etapa.

4.- Celebrar el Congreso en febrero, una semana antes de que lo haga el PP, es concederle toda la ventaja al partido que gobierna en estos momentos en España, en muchas comunidades autónomas y en miles de ayuntamientos. Rajoy consiguió zafarse, mientras fue oposición en los años de la crisis, sin decir esta boca es mía respecto a sus fórmulas para gobernar; ha conseguido llegar a la Moncloa con un programa romo y sin propuestas de ningún tipo y va a conseguir hacer su Congreso nacional sin la presión de la opinión pública que, al tratarse del partido en el gobierno, debería obligar al PP a decir qué va a hacer en los próximos cuatro años para reactivar la economía y para salvaguardar el Estado de Bienestar. Todo el protagonismo se lo va a comer el PSOE con sus dichosas elecciones primarias.

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