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Correr, tapar, ayuda, Palop

El Sevilla escribió ayer un manual de concentración y de ayuda defensiva. Pero todo habría sido imposible sin la vuelta de San Palop.

el 14 ene 2010 / 01:04 h.

Pocas veces un partido tendrá una lectura tan fácil como el de ayer entre el Sevilla y el Barcelona. El conjunto nervionense se prodigó de manera espectacular en el trabajo, en la presión y en las ayudas defensivas. Todo fruto de una concentración tan espectacular como el juego de su rival. El equipo de Guardiola, salvo los primeros 20 minutos, tuvo la pelota y obligó a los de Jiménez a replegarse.

Jiménez, eso sí, intentó sorprender de salida a su homólogo. Porque el Sevilla salió a presionar muy arriba, tan arriba que le robó una pelota a Pinto, aunque Clos Gómez no lo permitiera. Pero claro, ese ritmo, esa intensidad y ese campo tan largo eran material y físicamente inaguantable. Por eso, en cuanto el Barça empezó a tener la pelota, lo más sensato fue replegarse y achicar espacios cerca del área. En ese tramo final de la primera parte y en toda la segunda mitad le faltó al Sevilla, ante el asedio blaugrana, algo más de posesión, sobre todo para permitirle un respiro y lanzar alguna contra.

No hubo nadie que la conservara y el Barcelona atacó una y otra vez. Entonces surgió Palop para hacer bueno el planteamiento. Los dos pivotes se acercaban a las bandas, luego al centro, de forma continua, y acabaron fundidos. Como el equipo, solidario en las coberturas. Eso sí, mereció la pena.

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