Página del cómic 'Noctis irae'.
La idea rompe en una ciudad en la que el alcalde encabezó una pequeña cruzada para que los responsables de la revista Mongolia corrigieran una promoción de esta publicación que utilizaba la imagen de la Macarena. Ahora es una campaña de micromecenazgo o recaudación de fondos (crowdfunding) para editar los volúmenes II y III de la trilogía Noctis irae (De la noche de la ira), en la que los zombis invaden la Semana Santa de Sevilla. En marzo de 2012 la editorial Quilomba publicó el volumen I, La bulla. En septiembre pretende sacar Tos por igual y los valientes y Al infierno con ellos. La responsable de Quilomba, Inmaculada de Pando, explica que los autores del cómic son tres guionistas (José María Maesa, Joaquín Díaz, Israel Ramos) y un dibujante (Cristian Pineda), los cuatro de Sevilla. En concreto, del barrio del Parque Alcosa. Y la historia del cómic va mucho más allá de la invasión zombi en la Madrugá. Va mucho más allá y no busca la provocación gratuita.
Expone que los autores, que rondan los 30 años, se han inspirado en su entorno cultural: Desde los chicos de barrio que apenas van al Centro y la Semana Santa es una de esas ocasiones hasta las autoridades que pueblan los palcos y personajes más oscuros cuyo giro en la trama no se conocerá hasta el final del tercer volumen, en el que también intervienen la Moncloa y la OTAN. Una secta secreta y una maldición completan la trama. Para que esta edición con micromecenazgo llegue a buen puerto quedan 15 días y 1.480 euros, según la web de Quilomba. Y es que, pese a la acogida de la primera entrega, los plazos para financiar de forma convencional la segunda se han alargado tanto que los fans llevan esperando más de un año. Por eso, explica De Pando, se ha optado por el crowdfunding y por
Página de 'Noctis irae'
editar los dos volúmenes (144 páginas) a la vez.
Sus previsiones pasan por sacar los dos tomos a la venta en septiembre a un precio de 12 euros, si bien los micromecenas tendrán una rebaja de dos euros y la posibilidad de comprarlo con antelación, además de aparecer en los créditos y otros regalos.
El tema del cómic recuerda inevitablemente a los incidentes de la Madrugá del año 2000, cuando varias estampidas de origen desconocido causaron una oleada de pánico en el numerosísimo público que seguía las procesiones, que quedaron desbaratadas al contagiarse el miedo a los cortejos.
Sin embargo, para De Pando simplemente se trata del mejor escenario donde cuatro autores sevillanos pueden situar una obra de fantasía en la que una plaga se extiende con mucha rapidez y en el que pueden sacar jugo a odas las referencias iconográficas que han visto desde su niñez. Y la idea de la muerte y resurrección presente en la Semana Santa y también en el mito de los zombis se puede representar con curiosas coincidencias, defiende la editora. Si los autores hubieran sido valencianos, habrían situado la acción en las Fallas, concluye.
Asimismo, asegura que seguidores del cómic a los que no interesaba la Semana Santa de Sevilla se han acercado a este fenómeno a raíz de la publicación de La bulla. Y apenas ha generado comentarios negativos, apostilla.
