Terminaron las vacaciones y los vecinos más activos retoman sus causas pendientes. Entre ellas, ganan por goleada los pleitos relativos a aparcamientos en construcción o planificación. El miedo a las grietas se ha extendido desde Triana a Rochelambert, y en la Barqueta no quieren que se levante el parque de Los Perdigones. Habemus líos.
Los problemas relacionados con la movilidad y la seguridad ciudadanas traen de cabeza a los barrios. Lo que más polvareda ha levantado es la construcción del aparcamiento municipal junto a los bloques 32 y 34 de la calle Manuel Arellano, en la Ronda de Triana. El 7 de noviembre se cumplirá un año desde que los vecinos denunciaran ostentosas grietas en sus viviendas que han ido creciendo con el correr de las obras. Su portavoz, Concepción Sánchez, está a la espera del quinto informe encargado por Movilidad para saber si el parking se está haciendo con las suficientes garantías.
La cierta psicosis generada en Triana ha contagiado a algunos vecinos de Rochelambert, que el pasado julio se atrincheraron en el solar donde una empresa privada pretende erigir su aparcamiento alegando, entre otros motivos, miedo a las consecuencias de las obras sobre sus pisos -el terreno sobre el que se asientan, según algunos estudios geotécnicos, da unos niveles de inestabilidad que hacen a los vecinos ser más que cautos-. Éstos impidieron la entrada de la excavadora y han forzado que Movilidad y la empresa (Azagra) reflexionen sobre la obra y sus garantías. Y no están solos. El conocido abogado Joaquín Moeckel les asesora. Precisamente hoy los vecinos se verán con los técnicos de Urbanismo para darle una vuelta de tuerca al asunto.
De Rochelambert salta el conflicto a la Barqueta. En este caso no por un aparcamiento en ejecución, sino en planificación. El Consistorio tiene claro que construirá uno para dar disuadir el elevado tráfico que soportan la Resolana y Torneo como accesos al Centro, pero debe fijar su ubicación exacta. He aquí donde está el escollo: los vecinos se oponen a que se haga bajo el actual parque de Los Perdigones, inaugurado en 2001, y proponen que se erija en una banda auxiliar de Torneo, algo que Movilidad está analizando por si es viable.
Y frente a tanto descontento, más satisfechos están en Bami, que en mayo verán construido su parking para residentes en la plaza Rafael Salgado. Atrás quedará un año de reivindicaciones y evasivas por parte del Ayuntamiento. Ahora bien, solucionado un problema, surge otro: y es que sus residentes denuncian de nuevo la proliferación de gorrillas y piden explicaciones sobre la aplicación de la ordenanza antivandalismo, que entrará en vigor en noviembre y regula este asunto.
En el Arenal, el parking del Paseo Colón trae de cabeza a los vecinos. Antonio Fernández, su portavoz, ultima la demanda que presentará tras revisar la documentación sobre la concesionaria Sando, que ha anunciado la retirada de las plazas para residentes.
Y si enquistados están estos frentes, qué decir del retorno de la línea 30 de Tussam a Martínez Montañés tras varios años de ausencia por la inseguridad de la barriada. El comisionado para el Polígono Sur, Jesús Maeztu, retomará este mes las negociaciones con el comité de empresa de Tussam, con el que visitará la zona para demostrarle que ya es segura.
