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Cuentas austeras para un ejercicio en crisis

El Consejo de Gobierno de la Junta dio luz verde ayer a los presupuestos para 2009, diseñados en crisis y dirigidos a un ejercicio en el que la situación empeorará sensiblemente tal y como reconocen todos los analistas.

el 15 sep 2009 / 17:33 h.

El Consejo de Gobierno de la Junta dio luz verde ayer a los presupuestos para 2009, diseñados en crisis y dirigidos a un ejercicio en el que la situación empeorará sensiblemente tal y como reconocen todos los analistas. Ante este escenario, es evidente que las turbulencias financieras y el fantasma de la recesión condicionarán tanto los ingresos como las distintas partidas dirigidas a actuaciones concretas. Por primera vez en ocho años, la Junta ha tenido que recurrir al endeudamiento para poder mantener el gasto social y el esfuerzo inversor, dos bloques que el ejecutivo andaluz considera decisivos para afrontar con ciertas garantías la actual coyuntura económica. El primero, el de las políticas sociales, va claramente dirigido a frenar los efectos más perniciosos con un aumento de los recursos destinados a las políticas activas de empleo. El segundo bloque, el de la inversión, se encamina a sentar las bases de la recuperación. Para ello, la Junta ha proyectado una inversión histórica de 8.620 millones de euros, que dirigirá sobre todo a infraestructuras e innovación y a reforzar el tejido productivo, por primera vez, con la incorporación en el presupuesto de activos financieros para las empresas, sobre todo de sectores como el agroalimentario, el turismo o las empresas culturales por su "consolidación" en la economía andaluza. Esta cifra récord de inversión que tendrá que empezar a ejecutarse en 2009 supone un reto para el gobierno de Manuel Chaves toda vez que las críticas de la oposición se dirigen de forma recurrente a evidenciar que la Junta no ejecuta lo que planifica. A la espera de la concreción del gasto por provincias, los parámetros bajo los que se ha confeccionado el presupuesto andaluz cumplen con criterios de austeridad en el gasto corriente, especial atención a las políticas sociales y licitación de obra pública para activar sectores damnificados. Parecen buenos cimientos para amortiguar un 2009 pleno de incertidumbre.

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