Los implantes de re-lleno de polialquilamida, utilizados frecuentemente en las operaciones de estética, pueden causar reacciones adversas un año después de la cirugía. La advertencia parte de un estudio dirigido por el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona en el que ha participado el Centro Médico Europa y la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética.
La polialquilamida es un relleno no absorbible ni biodegradable, es decir, es un implante permanente. Normalmente se utiliza para corregir arrugas faciales y aumentar el volumen de los labios o los glúteos. Lo último es emplearlo en pacientes seropositivos afectados por lipodistrofia (pérdida de grasa facial).
Sin garantías. Así, los investigadores ponen en entredicho las garantías con que los fabricantes venden estos productos. Según explicó a Europa Press Jaume Alijotas-Reig, director del estudio, "hay que considerar a los implantes, en este caso, la polialquilimida, como posibles inductores de patologías. No pueden seguir considerándose totalmente inocuos". Para ello, dio cuenta de 25 pacientes perjudicados por el material. Todos ellas presentaron edemas, nódulos inflamatorios y granulomas. Y seis mujeres desarrollaron artritis, paniculitis (una alteración inflamatoria de la piel), hepatitis y fiebre.
"No sabemos cuál es la prevalencia exacta de estas complicaciones, pero por la información de que disponemos, se movería en la franja de un caso por cada 100 pacientes tratados y un caso por cada 500. Es posible que en personas genéticamente predispuestas, estos compuestos sean capaces de desarrollar una peculiar respuesta inmunitaria que acabaría provocando daños a largo plazo", añadió.
Así, y después de un seguimiento medio de casi 22 meses, 11 casos están en remisión de los síntomas y otros 10 presentan trastornos inflamatorios de forma repetitiva.
