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De Coria a Chile con una mochila

Eduardo Fernández se prepara para partir el 17 de marzo hacia el desierto de Atacama, en Chile, donde recorrerá a pie más de 250 kilómetros en 7 días.

el 05 mar 2010 / 10:03 h.

Un saco de dormir, algo de comida y una mochila repleta de ilusiones. Esto es lo que necesita Eduardo Fernández , un periodista deportivo de Coria del Rio, para recorrer 250 kilómetros del desierto de Atacama, en Chile. En su contra tiene enfrentarse solo a la adversidad, en medio de la nada, "a veces la soledad me da paz conmigo mismo, aunque llega a cansar", admite.

El viaje hacía Santiago de Chile está previsto para el próximo día 17 de marzo, aunque la verdadera aventura comienza 3 días después, "es difícil coordinar un viaje tan complicado, por eso una vez me instale allí he quedado con especialistas en turismo del país para diseñar una ruta", explica Fernández. Luego tendrá que trasladarse hacia la zona de Copiapó , en el norte, a unos 850 kilómetros de la capital.

Este desafío personal se enmarca dentro de un reto que él ha denominado 3D+A: "Está inspirado en la competición 4 desserts, que recorre los desiertos de Atacama, Egipto y Gobi, más la Antártida". Sin embargo, admite que él ha decidido hacerlo por su cuenta "tenía motivaciones personales". El primero de sus retos fue recorrer el Sahara el pasado verano. Ahora le espera Atacama "el desierto más seco del mundo", señala.

El recorrido del viaje va a ser retransmitido por el propio protagonista a través de su  web: "He querido hacer una experiencia multimedia, utilizando facebook, youtube y mi propia página, donde iré colgando fotos y haciendo pequeñas crónicas de lo que me vaya sucediendo". El problema de la cobertura cree que lo tiene controlado "llevaré un móvil y un portátil, si no tengo cobertura grabaré los documentos y me esperaré a encontrarla en el poblado más próximo", admite.

En su mochila llevará víveres básicos para subsistir como el arroz con pollo o la pasta. Además cuenta con alimentos liofilizados (sin agua), que ocupan menos espacio, "parecido a lo que cocinan los chinos", explica. Cocinar en medio del desierto puede parecer complicado, pero Eduardo lo tiene todo previsto: "Llevo una pequeña hornilla y pastillas de carbón para encenderla". El agua es un bien escaso en un desierto, por eso Eduardo deberá controlar el consumo, "si no puedo comprarla en alguno de los poblados, cuento con unas pastillas que potabilizan el agua".

Llegar a conocer la cultura y la forma de vida de los chilenos forma parte del intenso viaje que le espera: "No sólo consiste en recorrer cada día 40 ó 50 kilómetros, también tendré que aprender a convivir con otras culturas". Algunas noches las pasará en el desierto, pero otras tiene la intención de ingeniárselas para conseguir una cama donde descansar. Sin embargo, Eduardo no lo va a tener fácil para conseguir un techo e integrarse "voy de paso, es normal que se pregunten qué hago allí con estas pintas en su poblado".

En este segundo reto de Fernández, espera alcanzar el nivel de satisfacción que alcanzó en su primera etapa: "Aunque me encontré con bastantes trabas, los policías no me dejaban correr por el valle del Nilo ni por las carreteras principales". Sin embargo cree que el resultado compensa: "Una vez que te recuperas, estás deseando repetir experiencia", concluye. Mientras tanto, Eduardo Fernández sigue entrenándose duro hasta que llegue el gran momento.

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