24 horas de debate sobre la sucesión son demasiadas para el Partido Socialista en Andalucía. Manuel Chaves se empleó ayer a fondo para sellar herméticamente el debate que él mismo había abierto 24 horas antes, cuando expresó su deseo de que le sucediera una mujer. Frenó en seco.
En pocos segundos y a la primera pregunta, el presidente de la Junta introdujo doce veces "ningún candidato", "ninguna candidata", "nada", "absolutamente nada" sobre la sucesión. Había preparado lo que tenía que decir y cuando los periodistas comenzaron a preguntar actuó rápido. "Primero, no tengo ningún candidato ni ninguna candidata a la sucesión", comenzó. "En el PSOE no hay ningún candidato ni ninguna candidata a la sucesión porque esa no es la cuestión en estos momentos", agregó. "No hay ningún proceso de sucesión porque eso no es ningún problema, no hay ningún debate, no hay ninguna cuestión", dijo. "El objetivo es ganar el 9 de marzo, de lo demás, de verdad, no hay nada, absolutamente nada", concluyó.
Chaves estuvo ayer en La Carolina (Jaén), un feudo popular arrebatado al senador Ramón Palacios por una joven alcaldesa socialista, Ángeles Férriz, que ayer sacaba pecho junto a su presidente. Si Chaves no hubiera dicho lo que dijo en la Cadena SER un día antes, habría paseado por las calles del pueblo junto a su consejero de Innovación, Francisco Vallejo, y la presidenta del Parlamento, María del Mar Moreno, ambos naturales de la localidad.
Pero después de que el presidente calara el melón, rompiendo una regla de estricto silencio de cuatro años, y dijera que su "deseo" es que le suceda una mujer porque cree que "ha llegado el momento", las cosas son diferentes. Por eso ayer Chaves paseó por La Carolina entre dos de sus delfines mejor posicionados y más cerca de Mar Moreno que de Francisco Vallejo.
En el ecuador de la campaña el candidato socialista ha abierto un debate que en nada le beneficia electoralmente, según sus colaboradores más próximos, empeñados en que éste sea un tema tabú. El núcleo duro del presidente está firmemente convencido de que mencionar la posibilidad de retirada da munición al enemigo.
Quienes esto piensan aconsejaron a Chaves que frenara en seco lo que ven como una peligrosa bola de nieve. Otros, fuera de este círculo pero con peso en el partido y algunos hasta con acciones para sucederle, creen que es sano no esquivar un tema que debe ser natural porque Chaves lleva 18 años en el Gobierno y tiene 62. Algún día lejano, bromean, tendrá que irse.
Trascendencia. ¿Le ha reñido el aparato? "A mí en absoluto", dijo entre risas a los periodistas. Fue la tercera vez que intentó zanjar el debate. El día antes acudió a Canal Sur y a Cuatro y matizó sus palabras. Chaves aseguró que no quiere matar al mensajero pero culpó a los medios de darle una trascendencia a sus palabras que él no calibró.
No se arrepiente de la reflexión que hizo, dijo, pero sí confesó sentir la interpretación, porque no la esperaba. En los últimos cuatro años no se ha expresado relajado ni ha abordado con naturalidad este tema. Ante la pregunta de la sucesión siempre ha estado a la defensiva. A fuerza de hacerlo, convirtió en norma esa actitud. Por eso la otra actitud, la que sería más normal, la de responder con naturalidad, abre la veda a la especulación.
